Si la lectura no es lo tuyo, entonces estas en el blog equivocado, sin embargo, si quieres leer algo diferente contado de una manera muy ordinaria, entonces disfruta de 7 capítulos llenos de la cruda verdad.

domingo, 13 de marzo de 2011

Capitulo SEIS AMOR de Fresas con Crema



Erase una vez en una tierra muy lejana, en las profundidades de “CAFETAL”,  una  hermosa princesa, la hija del poderoso rey  “OSMEL”. Ella se enamoró perdidamente de un plebeyo proveniente de los suburbios de la corte, en las barriadas de “CATIA”. Los jóvenes se enamoraron perdidamente en medio de una batalla entre las fuerzas del bien y del mal. METRO un poderoso hechicero, celoso ante el amor verdadero, hace mil hechizos para impedir que este par se junte; los encierra en una fosa putrefacta, a oscuras y repleta de monstruos y villanos. Pero lo que METRO ignoraba era que la fuerza del amor eran tan grande que llamaban la atención de hadas y duendes quienes estaban a la defensa del poder supremo del amor y la fantasía que reina en los corazones de estos amantes llenos de esperanza.


            Cuando nace el amor se refuerzan las almas perdidas. Cuando el niño de 2 hippies arde en fiebre se detona la solidaridad y el reconocimiento a la irresponsabilidad. Papá y mamá viven una vida programada por Bob Marley y John Lenon, de vicios,  de dejadez, de libertad sin reglas- pero tienen un bebé que merece cultivar una vida mejor. Papá y mamá salen de casa sin un tetero, sin un pañal para cambiar y sin medicinas en caso de fiebres o diarreas. No tienen auto (son hippies) y usan el Metro para cantar una que otra canción, recoger monedas y seguir la faena. Este lunes, por accidente comparten escenario con muchas personas que sufren un colapso en el sistema de transporte subterráneo; y producto del stress reinante o quizás, por la aparición de los primero dientes, su hijo presenta un cuadro de fiebre muy alto. Papá y mamá no saben que hacer, sólo piden a las fuerzas del reggae que le de fuerza al niño. A todas esta papá y mamá hippies son buenas personas, ella se ofreció a ayudar a la joven adolescente en la liberación de sus gases y el compartió uno que otro “porro” con algunos de los presentes en esas 5 horas de stress, en la que todos se encontraban atrapados en un vagón, sin luz y sin esperanzas.

         Cuando hay amor hay valores que salen a la luz. ¿Cómo un padre reacciona  y se enfrenta ante la enfermedad de un hijo si su filosofía de vida no contempla un mundo con lineamientos? Gracias a este accidente y a que al Metro entran miles y miles de personas de todo índole; una enfermera, por accidente está presente en el mismo vagón- la misma enfermera que dedujo el cólico de Roberximar, la misma mujer de 40 años que entrega su vida al servicio y asistencia social, la misma mujer que debía estar a las 7:00 am en un quirófano pero a la que un accidente en el Metro podría ocasionarle un despido seguro. En fin, una mujer sabia y solidaria, en ese momento una verdadera santa que no cree en Dios pero si en la ciencia y en la experiencia que le han brindado los años.  Con un termo de agua helada propiedad de una joven que iba al gimnasio, bañan al niño, le cubren con algunas bufandas y accesorios de los presentes y por último el ron de un indigente no mezquino ayuda a bajar el dolor en el infante. Queda esperar a que la fiebre y el dolor bajen. Papá y mamá hippies, agradecidos con la generosidad de los presentes toman sus guitarras y hacen un dueto con el artista vallenatero que amenizaba la velada del caos.


         Cuando hay amor siempre la felicidad es una bomba que detona alrededor. Gracias a la música muchas personas recordaban episodios felices en sus vidas; eso es válido cuando se cree que se va a morir asfixiado en el vagón de un tren. Recuerdos de la primera vez, la boda, el primer hijo, el primer tatuaje, el primer amor, la primera borrachera, las aventuras que no contaste… mil recuerdos sumados al oxigeno denso y una temperatura altísima; son elementos que se convierten en estresores. Algunas personas lloran porque sienten que les falta tiempo y otras sonríen porque lo vivido valió la pena hasta ese lunes por la mañana. En ese vagón todos eran buenos y malos, sin luz eran solo voces sin apariencias, sin voz solo eran energías que se compactaban. Nacen historias y los sentimientos quedan a merced de las circunstancias, por ejemplo, una joven de bachillerato entrega su dudosa virginidad al chamo de 25 años que tiene más de una semana detrás de ella. Gracias a sus amigas, a su solidaridad le solapan el encuentro, le ayudan a escapar del colegio a hacer unas compras para la escuela y crean la oportunidad en la que la niña se ve con su príncipe azul; no obstante se reúnen, se suben todos al metro rumbo a dar un paseo a la plaza Altamira y paradójicamente ocurre un accidente donde se genera la oportunidad perfecta para tener sexo sin necesidad de pagar hotel o ser vistos en público.


         Cuando el amor hace presencia el odio desaparece. Sentada y hablando con su esposo, una mujer hermosa de 34 años comienza a híper ventilar, se siente mal y su presión arterial comienza a subir; su esposo le socorre, le suministra sus medicinas y gracias a la colaboración de 3 jóvenes amantes del celular, quienes le propician un poco de luz desde sus artefactos electrónicos el esposo hace un trabajo eficaz, evitando la complicación de la salud de su mujer. Gracias a los BB, gracias a estos chamos solidarios y gracias a la precaución de este hombre quien le ayuda. Esa luz permite que Ana, 47 años (la gordita “feliz”) observase quien era la mujer que reía y hablaba cosas bonitas con su esposo. Se trataba de Isabel, quien padece de diabetes; es una mujer con un poco de sobrepeso, extremadamente hermosa, radiante y con una energía muy positiva. Ella contaba luego del incidente cardiovascular, que siempre fue muy inconciente con su alimentación, pero que el matrimonio y la ayuda de su esposo le incentivaron a poner de su parte y comenzó a ejercitarse y a comer más sano. También contaba que salió embarazada y fue allí donde le diagnosticaron diabetes y eso cambio su vida radicalmente. Isabel hablaba también de cómo pudo evitarse la enfermedad pero que no se arrepiente y que el tiempo que tenga de vida quiere dedicarlo a su familia, a cultivar su salud y a agradecer todo el amor que da y recibe. Su esposo la abraza para darle consuelo luego del ataque.- Ese gesto de amor hace que Ana reflexione un poco sobre su postura en la vida; de no cubrirse con mascaras de dureza, de valorar la vida, de no buscar el cuerpo perfecto pero si la salud más optima… En fin, Ana por un minuto ve desde su ventana que el problema no es el resto del mundo sino ella misma.


         El amor es más fuerte siempre. Al Metro ese lunes asistieron todos y sin invitación; ese día muchos trabajadores no llegarán a tiempo a sus destinos, otros agradecen esa dosis de adrenalina en sus vidas. Una mujer egoísta y religiosa logra ver que la gente a pesar de ser “pecador” o vestirse de manera vulgar es capaz de socorrer al prójimo y ser responsable ante las adversidades. Una prostituta cobra por sexo pero escucha los problemas domésticos de un hombre que esta desesperado y le da consejos de cómo satisfacer a su mujer en la cama y le explica cómo debe hablarle de sus problemas para alcanzar una mejor relación de pareja. Un hombre que tiene 3 familias comienza a valorar cuan importante es reconocer los errores solo con ver el pasaje de la muerte frente a sus ojos. Gente que logra ver por medio de otros, gente que reflexiona y va por más en la vida si llegasen a sobrevivir, gente que aplicará esta enseñanza y otros que no, así es la vida.


         Cuando el amor hace presencia no hay diferencias. En el metro un ejecutivo comparte el mismo aire que un mendigo, una prostituta con una monja, un gay con un homofóbico, un pobre con un rico, el policía con el malandro, el trabajador con el vago, la realidad con el paralelismo, El cafetal con Catia. Lucia y Reymond dibujan un episodio de amor alterado por la lujuria. Ella no es una ramera y el no es un promiscuo, tampoco son unos santos célibes, son seres humanos puestos a prueba, son personas suplicando amor, un hombre y una mujer cuyos cuerpos desean permanecer juntos al menos hasta que el metro los separe. ¿Qué pasa? Se vale todo, un beso marca la diferencia, borra un atraco, un suicidio, una falla eléctrica y una vida que no satisface del todo. Ambos se gustan, eso es humano, aunque ella sea elegante y el no sepa de colores, aunque el sepa de calle y de cómo se vende y ella aún no; aunque ella sea del Este y él del Oeste.


         Bajo tanto caos, Lucia y Reymond se dejan llevar por un deseo sexual como el bien hacia el mal, como una simbiosis- y justo cuando el amor hace de las suyas, el diablo mete las manos, se reestablece el sistema y al encenderse las luces las personas vuelven a ser zombies nuevamente. Algunos agradecen, se miran las caras y se saludan, otros se ignoran y entran en sus personajes frívolos e inertes. Pero de todas maneras en cada corazón va presente una mañana de película y en el fondo todos y cada uno de los presentes se lleva una lección de vida a casa, trabajo o escuela.

         El tren echa a andar y nuestra siguiente parada es la estación CHACAO, donde está el Sambil. Es la parada más esperada, probablemente muchas personas se bajarán en esta estación a respirar aire fresco y a llorar, pero ¿saben algo? No es así del todo; en el metro de Caracas eso no es tan romántico y melodramático, ya paso el susto y ¡listo!- sigue la faena y el día debe continuar. Es tanto así que una marea de gente espera el tren para abordar y dirigirse a sus estaciones respectivas. Llegamos a la estación, se abren las puertas y todo es como si nada paso, 5 horas de retraso, 5 horas de caos en Caracas, minutos de locura y stress resumidos en ¡La vida sigue!.


         Se bajan los estudiantes con el chamo de 25 años, este último va más contento que muchacho en piñata, y una adolescente de ese grupo lleva más que un uniforme sudado encima. Se bajan algunas personas; pero Lucia y Reymond, quienes son las estrellas de este show siguen a bordo, viéndose como doña Florinda y el profesor Jirafales, así es el amor; abrupto e inexplicable…


         Amor, simplemente amor- aborda el tren una señora muy simpática, de la tercera edad con un cesta llena de envases de fresas con crema ¿Quién se resiste a este delicioso postre? Ideal para más de 80 personas que no han probado bocado en más de 5 horas. Lucia y Reymond en medio de su frenesí no sentían hambre pero el resto de los presentes si y mucha, empezaron a hacer pedidos del delicioso manjar enloquecidos por los envases. En el Metro esta prohibido ingerir alimentos, pero ¿a quien coño le importa una restricción en un momento como este? Esta anciana resolvió su día en menos de 2 minutos, todos le compraban- en ese momento Reymond pide una porción de fresas para su amada y empiezan a comer, viéndose fijamente a los ojos, como si se conocieran de toda la vida. La señora sonríe mientras los ve degustar el postre y luego de que se lo acaban, la amable señora les dice: son 25,00 BsF.  Reymond olvidaba que no traía efectivo y ni hablar de Lucia… se congela el momento y llegamos a CHACAITO…



…CONTINÚA…

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