Si la lectura no es lo tuyo, entonces estas en el blog equivocado, sin embargo, si quieres leer algo diferente contado de una manera muy ordinaria, entonces disfruta de 7 capítulos llenos de la cruda verdad.

domingo, 13 de marzo de 2011

Capitulo DOS …¡yo como que te he visto, Yo como que te conozco!



“… Esto es lo que hay, esto es lo que hay, si estas buscando cariñito esto es lo que hay”. Me gusta citar al momento de dar continuidad a la historia. De amigos invisibles pasamos a momentos invisibles donde sólo el que tiene la oportunidad de estar puede emitir comentarios al respecto y me refiero a lo que esta pasando en la estación de los cortijos este lunes “particular”. También es oportuno acotar que la asociación METRO BOYS (agrupación de cantantes del metro) emitió una queja hacia mi persona por no mencionarlos en la introducción de la novela- mis excusas mis panas; y para curarme en salud, saludos al chavo, a los vendedores de atalayas, al pana que deportaron, al hippie que nunca puede regresar a higuerote, a los fans de Britney, a los pedófilos, a l@s panas de la Baralt y de la Libertador y por último al personal del Metro de Caracas, sin Uds. la vida sería un jardín sin fertilizante…

Señores el Metro atropelló a un joven emo-roquero-andrógeno-hellokitty  y fan de Lady gaga accidentalmente. Se creó una escena de caos donde la gente que estaba en el andén tuvo que evacuar la estación como estampida de antílopes en África con waka- waka y todo. El tren no sufrió daño alguno, solo manchas de sangre y restos humanos que saldrían con una buena lavada; en fin, el impacto ocasionó dentro de los vagones que las personas se compactaran en el piso y paredes dejando más de una nariz afectada, y ni hablar de los penes erectos que fueron felices por unos segundos rozando cuanta carne se les arrimara. Puntualmente Reymond ¿lo recuerdan? Se dio cuenta que olvido ponerse desodorante producto del apuro de salir temprano de casa de su amigo a hacer sus pendientes de trabajo. Es normal, eso pasa, tal vez a mucha gente no le importa, es más en el metro es muy común el afectar con olores corporales desagradables al prójimo “El metro es de todos, cabemos todos” los que huelen bien y los que no. Pero como buen venezolano semi-metrosexual (no digo metrosexual de lleno porque podrían pensar  que el pana Reymond esta a un metro de Tiziano Ferro y no es así) el muchacho dice sacado de sí mismo: “¡Coño de la madre! Ni de chiste puedo ir así a los ministerios, verga allí podría estar el amor de mi vida y yo oliendo a mono… yo como que me regreso rapidito a la casa de Javier a echarme desodorante y plomo, vuelvo al ruedo” 

Dicho esto Reymond esperaría a que los operadores abrieran las puertas de los vagones para poder salir y regresarse a la California a resolver el incidente. Hay accidentes, no casualidades- Pasamos al otro lado. En la misma estación, en el hall de acceso donde se compran los boletos, o más bien en el área donde están los torniquetes, Lucía va directo a comprar su boleto ignorando la situación; en una jugada de pelotas el round con lucia al bate se muestra así: strike 1: la venta de boletos esta cerrada, strike 2: la niña no carga efectivo y strike 3: la vendedora alternativa (señora que vende boletos cuando los operadores cierran la venta) la ignoraba por “limpia”. ¡Ponchada Lucía!

Lucia: “Señora plis plis plisito (expresión de los sifrinos para decir por favor) en serio no tengo efectivo, si quiere le hago un cheque.

La vendedora alternativa de boletos le dice:” ¡Ha! ¿Y tu que crees, que yo voy a ir al banco a cobrar un cheque de un Bolívar?, tu lo que eres es una fresca, tan bonita y pobre… no te digo yo checo, que estas a cuenta de que son medio arregladas y que se creen misses son más limpias que uno”.  A la par se venía la evacuación humana de la estación por el accidente en el piso de abajo; la gente salía corriendo, golpeándose unos con otros como animales salvajes productos del calor, el stress y la molestia de que ahora tocaba agarrar camionetica, taxi y cualquier otro medio de transporte intro urbano para trasladarse a sus destinos. Lucia ignoraba lo que pasaba, de hecho al ver la estampida de gente sorprendida con una expresión en la cara de asco dice: “Uy no, animales, no entiendo porque tienen que andar así por la vida, que falta de civismo, por eso es que yo odio entrar aquí, -cuidado vale, ¿me van a atropellar? Ni que hayan puesto una bomba en el tren ¡Oseaaa! Que de lo último; y de paso esta gentuza no tiene ni punto de venta”…


Accidentalmente y en medio de todo este caos, Lucia no era la única que andaba en el limbo, las personas seguían entrando al metro como si nada estuviera pasando y todo gracias a que los operadores estaban desayunando unas suculentas empanadas con malta (con comida en boca y no existe nada más) no cerraron la estación al momento de la evacuación; y créanme que ver personas corriendo, sudadas, histéricas y  andando como animales en la sabana es muy normal en esta ciudad; así que nadie notaba el incidente que suscitó en las profundidades del concreto. Dicho esto- y en medio de la discusión de Lucia con la vendedora, un personaje algo pintoresco reconoce la melena color miel de Lucia, ese tumbao que sólo quien ha participado en un Miss Venezuela sabe hacer y lucir y ese tono de voz que resalta entre el malandreo reinante.

La Mendoza”, un chico de 21 años; su verdadero nombre es Carlos Zapata pero en el mundo de las lentejuelas, las extensiones de cabello y la vida Divina-Fabulosa se le conoce así, con ese apodo. Fan numero 1 de los concursos de belleza y con una fijación oral por nuestra exMiss Universo Venezolana Dayana Mendoza de quién adopto su ahora sobrenombre o como el dice- su nombre artístico.  El personaje en cuestión reconoce a Lucía, una ex miss a quién consideraba la mas bella y optima candidata a ganar en aquel concurso del 2006 donde nuestra protagonista no se quedo con la corona de la máxima belleza criolla. Saltando de la emoción y consternado de verle en una estación del metro, la Mendoza grita y dice a la vendedora: ¡Niñaaa osea! No sabes que le estas hablando a la flamante Lucia del Valle Matos, miss Dependencias Federales 2006 y reina del plátano mi amor, como te atreves siquiera a verla a la cara, naca, vulgar, camionera. Mi amor me hinco en punta 3 veces, morí y volví a vivir mi reina, Sabes que tu eras mi favorita de ese año, esa Guárico no tenía tu naturalidad…. Lucia sorprendida, en un estado, digamos… de asimilación responde: “gracias flaco, nunca falta quién le reconozca a una vale, osea que bello eres. Bueno unas ganan y otras casi ganamos ¡jajaja! Te cuento que tengo un afán por llegar a la UNI (Universidad) y se me daño el carro, no tengo efectivo, y tengo un examen casi ya… me muero en serio.

La Mendoza dice: ¡Ay! Chica para eso estamos las amigas, aquí te doy un multiabono nuevo de paquete pa´ ti solita, pero con una condición- Una foto, osea mis hermanas (así se le dice a los estilistas promedio en Caracas) van a morir cuando me vean contigo. Pasado esto, Lucia acepta el ticket de Metro, se toma la foto con la Mendoza, hablan un poquito más y más; ya saben, cosas de mujeres y en medio de todo lo que ocurría- un Venezolano siempre es venezolano, sobretodo las mujeres que ven defectos en otras para sentirse mejor. Un par de chicas de entre 30 y 37 años escuchaban y observaban la escena de la miss con el fan, y mirando de reojo, una le dice a la otra: “Bueno, te diré que en persona no es la gran cosa, ¡Mírale la celulitis!... y no es tan alta, no es nada sin esos tacones”. La otra para no quedarse atrás: “de verdad que si chica, más buenas estamos tu y yo, al menos somos naturales, esa tiene hasta la cédula operada, mírale la nariz, casi la dejan como “MAICOL YACSON (Michael Jackson)” y esa cintura, seguro usa faja y le han hecho mil lipos…



Independientemente de la crítica que se extendía progresivamente, como estas “tipas”, muchas personas empezaron a notar la presencia de una mami explotada en las instalaciones del metro; eso pasa siempre y es común- cuando un espécimen diverso que se ve bien y huele bien y se expone, las personas normalmente empiezan a escanear lo que pasa. Por un lado las mujeres le destruyen, los hombres la desnudan con la mirada y sueñan por lo mínimo con un polvo con ella, y bueno, están los que le admiran por su belleza, su carisma, inteligencia y sus logros en el medio. La envidia es tan sana como dañina y en el universo del metro se vale pecar, se vale eso y mucho más porque lo humano es más humano en bruto.

Bien continuando con esta historia. Pasado unos minutos y luego de sudar y sudar, y que el mal olor hiciera de las suyas; los operadores de Metro logran abrir las puertas de los vagones para evacuar a las personas, también para que circulara un poco el aire para quienes prefieren esperar a que se reestablezca el servicio. Como lo mencionaba anteriormente, recoger los restos del occiso tarda alrededor de 2 horas, mucha gente se retira por stress y porque sencillamente deben llegar rápido a sus destinos y otros esperan porque saben que si la gran mayoría se retira habrán suficientes puestos desocupados y el intento de aire acondicionado que circula en los vagones pudiera ser más frío y llevadero (grandes utopías)
Bien, entre la masa que se retira, se encuentra nuestro oloroso amigo Reymond quien prefiere irse a pie hasta la California a cambiarse de ropa y echarse desodorante. Dibujemos un encuentro digno de una novela dramática donde los protagonistas inesperadamente se topan por primera vez… ¡JAMAS! Esta, mi novela no contempla las casualidades, pero si los accidentes.

Reymond venía saliendo del caos reinante en los vagones y al momento de dirigirse hacia los torniquetes ocurre algo un tanto peculiar. Los malandros en Caracas son seres muy evolucionados, digamos que tienen un nivel de inteligencia creativa superior. Son como los buitres, huelen el caos y lo transforman a tal manera que son ellos los que toman en control. 3 choros estaban en las inmediaciones de la estación; entran al metro, obviamente no usan los torniquetes sino que los saltan, sacan sus juguetes (pistolas) y empieza la fiesta.

Malandro 1: Gueno me hacen silencio o les doy jarabe de plomo a todos, ustedes me dicen.
Malandro 2: cero drama, cero Delia fiallo, no quiero comiquita, se me quedan como maniquí en vitrina mientras nosotros trabajamos.
Malandro 3: no quiero celular chimbo, quiero Black Berry, guayas de oro, tickets multiabono y billete en efectivo… las mamis que están buenas  me sueltan el sostén y las pantaleticas, sin llorar, eso al principio duele pero después gozan, satisfacción garantizada.

¿Imposible? No, lamentablemente en una estación del metro los accidentes existen, esto es una muestra de la ciudad en la que vivimos y lo voy a relatar.  Los delincuentes estaban haciendo su trabajo, la zona estaba despejada y todo iba bien hasta que:

Reymond no es rico, ni siquiera es clase media pero el chamo sueña con una vida mejor y trata de usar todo de marca, aunque sean chimbas, aunque no las sepa combinar, en fin; el chico papeado llamo la atención de los malandros y cuando un malandro se enamora no hay mucho que hacer. El malandro 2 apunta con su arma de fuego a Reymond quien venía caminando hacia los torniquetes para salir de la estación. Cabe acotar que Reymond decidió por voluntad propia no subir los brazos por el bien de los presentes, y eso créanme, trajo problemas.

Malandro 2: ¿Qué paso papa? Me levantas los brazos que voy a inspeccional o ¿acaso tienes el ala herida?, dale chola (hazlo rápido) que toy apurado y tengo hambre y cuando quiero fuerza (comida) me pongo bruto. Reymond creía que podía manejar la situación haciéndose pasar por persona con discapacidad motora. El malandro se alteró y le empezó a golpear por el área abdominal. Cuando el choro se disponía a golpear su cara, Nene cual cara bonita se puso a llorar como una mamita y le imploró al malandro la frase conocida “por la cara no”… gente, llanto, miedo, rabia, desesperación e impotencia reinaba en la escena. Lucia quien estaba allí mismo a unos pasos no podía entender que estaba pasando, y accidentalmente fijo su mirada en la violenta escena donde un malandro golpeaba a un pobre discapacitado.

Dicen que las mises o las mujeres bonitas no tienen nada en la cabeza, solo Silicon y puedo dar fe de que eso es mentira, el hecho de cuidarse no quiere decir que no se tenga sentimientos y menos que por ser bonito y saludable no haya intelecto acumulado. Conmovida y alterada, Lucia corre hasta la escena del atraco y gritando le dice al malandro: ¡No por favor! No le golpees, ¿no ves que es un pobre discapacitado que no puede ni mover los brazos? El malandro hace un scanner a lucia y nota que valía la pena dejar de golpear al muchacho para atenderla a ella.

Malandro: mami pida pol esa boquita chiquita y abombadita que yo lo que le complazco es en todo Shhhh Uhfffff (expresiones de malandro cuando quiere violar a alguien).

Metiste la pata Lucia, pero la gente buena es así, le importa el otro y más sino puede levantar los brazos. Lo más loco del asunto quizás fue que ni Reymond notó a Lucia ni ella al oloroso, pero paso algo que no es casualidad, sino un accidente memorable.  Al malandro le suena el celular justo en el momento en que iba a atracar a nuestra reina del plátano. Era la mujer  del delincuente quien estaba en la maternidad a punto de dar a luz ¿Qué tal? Y le estaba armando un lío porque el había salido temprano a conseguir lo del parto y no había llegado. Trabajo de malandro también tiene retrasos y no conforme con esta escena tan deprimente--, Lucia observa el BB del malandro y se da cuenta que es uno de los 3 celulares que le han “TUMBAO” este año, ella como buena bocona se indigna y le dice en tono de reclamo al ladrón: Yo conozco ese celular, yo como que te he visto, yo como que te conozco delincuente abusador. El malandro responde: ¡Ah! Si mami, ya me acoldé de ti, eres burda de fresa oístess, este celular rosado de jeva me ha traído problemas con mi mujer que ahora piensa que soy medio Ricky Martín. Vamos a hacel una cosa, como ya eres cliente no te voy a robal, además ando apurado, mi jeva va a parir, voy a ser papá por 5ta vez ¿Qué tarrr?

            Sin palabras, sin nada que acotar, así es un atraco, un chiste- un circo barato que nos marca la vida mientras los ejecutores del mismo se burlan en la cara de nuestros miedos, del terror que representa que te apunten con una pistola, de sentir que te van a violar. Esos tipos tienen familia, tienen sentimientos, tienen un trabajo: JODERNOS LA VIDA, y matar si eso es necesario. Cuando esto ocurre, la gente estaba en el piso nerviosa, --los operadores del metro no portan armas y la guardia nacional no estaba presente, recordemos que eran alrededor de las 7:15 am. El show debe continuar, los atracadores se retiran y justo cuando se alejan algo modifica la historia.

            Dra. Indira Narváez, Psicóloga, 32 años, 2 hijos, casada, una mujer guapa, exitosa profesional y hoy, este lunes “particular” entra al metro de los Cortijos porque tiene el carro en el taller producto de un choque en San Antonio de los Altos con un Aero Expreso Ejecutivo. Psicóloga al fin, quiso mediar con los malandros; en realidad no se que paso por su cabeza en ese momento. La mujer de vestido rojo muy sensual detiene con un grito a los delincuentes y dice: “A ver señores, hablemos, 5 minutos, yo se que tienen afán, pero todos tenemos que llegar a nuestros trabajos, casas, gimnasios, universidades… ¿como se sienten? Hicieron un buen trabajo, los felicito, cero violencia, cero tiros, cero groserías. Les falte yo, a mi no me quitaron nada, toma mi reloj, tu bebé que va a nacer tal vez necesite el dinero, más que cualquiera de nosotros, probablemente quieras que vaya a la escuela, que juegue pelota, que no sea como tu, sino mejor, grande como un pelotero o un científico. Sin querer te estamos ayudando a que le des educación y vida a tu nuevo hijo, lo chimbo del asunto es que si no nos apuntas con esa pistola, nosotros no sufrimos, no vamos a llegar con una crisis de nervios a nuestros destinos. Lo chimbo es que nos quitas sin pedir permiso, y haces feliz a los tuyos con nuestras desgracias; porque tu dirás ¡estos son ricos! ¿Pero sabes algo? Yo fui muy pobre, crecí en Carapita, para bañarme mi mamá cargaba tobos de agua y subía 300 escaleras, cocía y planchaba ropa para que yo fuera a la escuela, y aquí me ves, estudié, soy profesional, tengo 2 chamos y trabajo para ellos sin robarle nada a nadie, sin abusar del que nada me hace. Conseguir dinero no es fácil pero lo que acaban de hacer no va a conseguir que tu hijo se sienta orgulloso de ti… Quizás cuando estés en la cárcel o muerto por un tiroteo la mamá de tu hijo le ayude con el dinero que nos estas quitando”.

            Palabras, ¿Qué son para el oído de un malandro? ¿Esta doctora hizo algo bueno o algo malo? No lo se, nadie lo sabe, y a nadie le importa; menos a un tipo drogado, eufórico, asesino, enfermo que disfruta de su trabajo. Justo cuando todos en el hall de la estación creyeron que los malandros se conmovieron con esas palabras un tanto pesadas o densas, el malandro número 3 dispara a la mujer y dice: ¡por sapa, yo no voy a ningún gimnasio, a mí me gusta mi exceso de belleza! Accidente totalmente. No paso nada, los malandros se retiran, los operadores hacen lo suyo, se normaliza todo relativamente. El disparo fue para asustar, las pistolas eran falsas y las balas no tenían efecto; fue un susto, quizás innecesario pero pasa y es real. La doctora experimento la muerte subjetiva por un instante, se calmó y continuó su estadía en metro como si nada, en fin todos los presentes allí, y no se si lo mencioné pero en el hall habían unas 300 personas, eso no es nada un lunes a las 7:25 am, y eso que se hizo una evacuación.

¿Dónde están Lucia y Reymond? En efecto la carga de stress en las personas nos hace decir y hacer muchas cosas que normalmente no hacemos. La reina del plátano estaba en una esquina muy afectada llorando por lo sucedido en contraria a nene para quien estas cosas son más de lo mismo. En medio de este caos, nene olvida por completo su trauma con el desodorante y abraza a la muchacha quien no supera lo ocurrido; ella le mira a los ojos y le dice: ¿no que no podías mover los brazos? Y el le dice: ¡Gracias! Solo Gracias, una palabra oportuna, llena de poco y mucho. En ese momento no hay mal olor, no hay rencores, no hay detalles ni defectos físicos en las personas. Así como Lucia y Reymond están unidos por un accidente, los demás presentes solo dan gracias porque ya todo pasó, ya los malandros se fueron, los operadores ya desayunaron y el encargado de recoger los restos del suicida trabaja lo más rápido que puede para reestablecer el servicio.

Continúa…

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