Si la lectura no es lo tuyo, entonces estas en el blog equivocado, sin embargo, si quieres leer algo diferente contado de una manera muy ordinaria, entonces disfruta de 7 capítulos llenos de la cruda verdad.

domingo, 13 de marzo de 2011

CAPITULO 7 Derechito y pa´la foto...


Antes de relatar el final quiero agradecer a todas las personas que apoyaron esta iniciativa, las que tuvieron paciencia y en especial a aquellas que leen, aquellas que ven en la lectura una oportunidad de crecer como personas intelectuales. Viva el arte y la lectura. ¡Gracias!




“Sólo el pueblo que sufre y vive lo que sucede en el mundo subterráneo tiene el deber y el derecho de gritarlo al mundo; nadie puede cercenar el libre albedrío de decir la verdad, NADIE puede ocultar el sol con manos sucias embarradas de mentiras, ¡YA BASTA!, reacciona pueblo y haz que te escuchen, canta ese Gloria al bravo pueblo en voz alta, con verdad y con dignidad; Hoy sólo un pueblo a pie puede describir lo que pasa”… ¡Suena bonito! debería lanzarme a Presidente pero no me gusta hacerme el serio… Estas son las cosas que uno dice cuando ve mucha televisión y exagera con el café.

Dicho esto, probablemente hoy culmina una historia pero comienzan miles más, un día en el Metro ha sido el testimonio real de la vida de una Caracas a pie que suda y ansía un tren óptimo para llegar a su destino desde el alba hasta el último tren.

Música Dj:

“… Mami las felicito, tunai tunai tu sabes que te quiero, tunai tunai tu sabes que te adoro, tunai tunai que te hago el amor… Quítate el sostén que quiero verte los senos, y hacerte el amor, sudando cuerpo a cuerpo, ábreme esas pielnas y lentamente te penetlo, siento una cosquilla en mi olgano genital; vamos a hacer el amor, vamos a hacer el amor tunai tunai…” The Caracas Sound Machine” para los que no han escuchado esta aberración musical, consultar Youtube.

¿Por qué este tema? Sencillo, así de asqueado suele ponerse una que otra persona cuando, sin razón alguna alguien viola el aire que trata de respirar dentro de un vagón, sin embargo, hay un dicho que suena así: sarna con gusto no pica; y cuando te violan tu espacio personal, probablemente no siempre es desagradable, sino pregúntenle a Lucía y a Reymond, quienes gracias al roce andan destilando amor.

            Este lunes pasó de todo, desatado por un accidente suicida en las instalaciones del Metro de caracas, a partir de la estación los cortijos. Este caótico día dio pauta para que dos personas completamente distintas se conocieran y se enamoraran en medio de la tragedia reinante en un lunes común para el caraqueño a pie pero difuso para quienes desconocen las calamidades que se suscitan en ese mar de gente que diariamente entrelaza anécdotas, experiencias, producto del rose circunstancial que nos envuelve cada que estamos inmersos en ese infierno vaporoso y mecanizado llamado METRO.

            Más de 6 horas encerrados en la tragedia da inicio a una historia fugaz de amor entre Reymond y Lucia, 2 jóvenes que unen sus vidas por horas para sobrevivir a un lunes cualquiera pero muy particular, quizás porque es el día en el que ellos se conocen. Él se dirigía a trabajar y ella a la universidad pero ese día paso de todo, el olvidó usar desodorante y se regresaba a casa de su amigo, aquel donde pasó la noche anterior y adonde se regresaba a reponer el problemita sudoroso/axilar, y ella no tuvo opción, simplemente su auto se averió y caraqueño en apuros usa mototaxi o Metro, no hay opciones, sólo medios obligados y ella escogió el “menos malo”. Entre una y otra cosa, llegamos a un incidente con unas fresas con crema que no pasa a mayores. La amable señora de las fresas reconoce ese rostro terso y angelical de la 4ta Finalista de un concurso llamado Miss Venezuela y obsequia el delicado manjar en calidad de publicidad, no es relevante darle créditos a un comerciante, sobretodo a esta señora quién no me esta pagando para que escriba sobre ella. La mujer sólo pide una foto de la bella Lucia comiendo las fresas y sonriendo al lado de la hacedora de los postres para posteriormente publicar en las “redes sociales”. Es todo, publicidad, así el mundo baila en un solo vals. Cuando todo parece ir en proyección, cuando esta historia se llena de “normalidad” pasan cosas que nadie espera, pero que ¡por favor! ocurren porque los accidentes se ponen a la buena del día.


Estación chacaíto, el ombligo del Metro de caracas, más de 5 millones de personas y todas se encuentran aquí, ¿la razón? No lo se, pero es muy probable que en esta estación te consigas cualquier cosa que tenga algo que ver contigo, así que te recomiendo que te portes bien. Chacaíto es una estación particular, es quizás de las más calurosas, hacinadas, deterioradas estéticamente y tiene “un no se que” producto de los mitos urbanos que consiste en que cuando pisas chacaíto te vuelves bruto, el mal llamado stress se apodera de ti, se dilatan tus pupilas y sin razón alguna agrédes a todos y a todas de manera espontánea.

Bien, Lucia y Reymond no han tenido suficiente hasta que el metro los separe, y mientras se encuentren dentro del subterráneo todo puede pasar, y cuando me expreso de esta manera no exagero. Amor en medio de la histeria, Luego de comer fresas con crema el cuerpo se conecta con la razón y entre los ahora cercanos jóvenes se produce una mezcla de gusto con pena. Se gustan, se tienen ganas pero empieza la parte efímera del arrepentimiento, por un lado ella siente vergüenza de comportarse como una cualquiera y de paso caer bajo con un muchacho humilde de Catia; y él avergonzado de recostarle el templado miembro durante unos minutos a la bella ex miss. Al estacionar en Chacaíto, la marea de personas amargadas, apuradas, malolientes, perfumadas, malhabladas, alegres y tristes entran y salen del vagón. Se produce la obligatoria compactación de cuerpos, cual sardinas en lata con aceite animal incluido y este acto humano dibuja una nueva oportunidad para el amor oral. Estando nuevamente abrazados y con una temperatura asfixiante,

 Reymond dice: “Otra vez pegados, disculpa
Ella lo mira de reojos y dice: “No hay nada que disculpar, si fuera así toda esta manada de monos debería pedir disculpas por invadir mi burbuja personal; oye ¿no percibes un olor extremadamente fuerte?”
Reymond entiende que ya el frenesí ha pasado y asume que es una indirecta hacia su mal olor producto de la falta de desodorante; apenado y sin energía para mentir la mira y le dice: “Eh, sabes antes que todo esto pasara, es decir, antes de tropezarnos en la estación, antes del atraco, antes de todo yo… quiero decir, yo soy, o más bien yo tengo… ah, soy yo ¡creo que el mal olor soy yo!, discúlpame.

Lucía sonríe y dice: “que chistoso eres, no me refería a ti chico, tu eres mi salvador del día, me has protegido y yo no te he dado las gracias formalmente, debería de invitarte a almorzar si es que alguna vez llegamos a plaza Venezuela. Me refería a la señora que se acaba de subir, huele como si acabase de ser violada”
Reymond: “Ah, si claro… que olor tan fuerte, ¿no? Y no te preocupes por el almuerzo, yo soy quien debe invitarte por hacerme compañía”

Salvado por otro olor, esa es la notable señal de que aún hay química entre estos 2, sobretodo porque estando tan cerca uno del otro, lucia no ha notado que Reymond olvidó usar desodorante y luego de horas de sudorosa pasión es probable que el aroma se haya subido de tono.

Una joven de aspecto “alternativo” hace presencia, con un look distinto, una mezcla de Cindy Lauper y Prince Drogado. Jennifer alias “Lady J” diseñadora de modas urbanas, 26 años, una muchacha trabajadora, inteligente e irreverente es la responsable del olor que percibe Lucia, y rápidamente, luego de escuchar dicho cometario responde a todos los presentes en un tono pedante y sobrio:

“Buenos días Señores, quiero hacerles unas preguntas ¿Quiénes de ustedes tuvieron sexo antes de salir de casa? ¿A cuantos de ustedes les gusta tener sexo duro y animal? ¿Quiénes de ustedes les gusta el olor del sexo? Noto que aquí en este vagón hay muchos olores, aromas humanos, corporales, como el de animales sudados quienes luego de un sexo salvaje van a acabar… todos huelen mal, pero yo huelo bien, huelo a sexo, a hembra bien cogida, al sublime olor del amor, a mujer amada. Huelo a duro, huelo a mis propios fluidos. Quiero presentarles el nuevo perfume de “lady gaga” y como estoy feliz porque acabo de tener sexo les voy a regalar una muestra, Sangre y Semen, el olor del amor… ¿quién quiere oler a semen y a sangre?”

¿Grotesco? Tal vez, pero al menos se explica el “olor fuerte” que mencionaba Lucía. La bizarra muchacha, esta de promotora de un perfume, que si a bien vamos, es un aroma aceptable dentro de la paleta de olores que se exponen dentro de un vagón del metro. La diseñadora joven regala muestras del perfume a la marea de personas presentes en el comprimido espacio y lejos de aceptarle el presente, algunos se espantan y le ven con repulsión y asco, como si se tratara de un pecado o un recibo de intercable. La inocencia y el amor van de la mano, y a manos abiertas Lucia y Reymond son de los pocos que aceptan la muestra, ellos estaban más concentrados en su cercanía oral que en cualquier discurso “alternativo” que se suscitara externo a su burbuja amorosa.

Hay accidentes, no casualidades y las cosas en un vagón del metro no paran. Una mujer, probablemente de entre 40 y 45 años de edad, puritana, evangélica exclama: “Dios reprenda lo que haces criatura, eres víctima del demonio, esclava de la lujuria, arrepiéntete a tiempo que Dios te ama, estás bajo los efectos de Satán, él con sus trampas te quiere arrastrar de la luz para llevarte a la oscuridad”…

Entre una cosa y otra, Lady J se ríe y solo contesta en un tono burlita:
“Amén hermana, yo entiendo tu dolor, pero tranquila que con este perfume no necesitas suplicarle a un hombre para que te lo haga, fíjate yo nombro más a Díos que tu misma, cada vez que tengo un orgasmo lo llamo repetidamente ¡Dios, OH Dios, más duro Dios OH OH OH, Yeah!… señores, sino quieren terminar como esta señora, masturbándose con un jabón, sean felices sin mirar a quien, tengan sexo y huelan a sexo… yo solo vendo un perfume, no cambio vidas y no busco que nadie me cambie la mía y si el sexo es Satán quiero que arda en este infierno” al decir esta última frase la joven se frota sexualmente en sus genitales y se muerde ferozmente los labios, provocando en la señora evangélica cólicos de ira.

Voces que susurran por lo que esta pasando, unos consternados por ambas versiones de la vida y otros simplemente esperando que el sistema cierre las puertas y arranque hacia la próxima estación. Lady J estando muy cerca de Reymond y Lucia les dice:

“que intensa esta pana, yo solo estoy trabajando… Hay hambre y necesidad y ella se pone con esas cosas. Oye ustedes están como chéveres, ¿quieren hacer un Trío?

Lucia alterada por tal proposición responde: ¿Ah? No, realmente no estamos interesados en esas cosas”.
Reymond: “Nosotros ni siquiera somos pareja”.
Lady J responde a carcajadas: “que gallos son, es broma, soy diseñadora de modas, me llamo Jennifer y me conocen en los bajos fondos como Lady J y me agradan para unas fotos, ¿se animan? La paga no es mucha pero al menos los saco de andar en metro como obreros y los monto en la movida de fama de la fauna caraqueña y adyacente. En realidad no estoy vendiendo nada, estoy terminando mi tesis y me gusta meterme en estos suburbios a cazar historias; la moda que hago es así, real y callejera. Me gusta cuando la gente me ve con asco o con burla, sólo así puedo saber que esconden sus miradas perversas, y debo destacar que lejos de que si son o no pareja, ustedes 2 tienen un cable flojo, tanto que puedo jurar que están a punto de irse a un hotel en Sabana Grande”

La cara de vergüenza de Reymond esconde una leve sonrisa cargada de ganas de que ese comentario fuera una realidad absoluta. Por otro lado Lucia utiliza el arma letal de toda miss, la evasión y solo se enfoca en la propuesta de la alocada diseñadora.

Lucia: “Sabes te voy a dar mi Pin para que hablemos de este tema, yo fui miss, soy modelo y quisiera que te reunieras con mi representante, me encanta la idea de hacer fotos urbanas”
Lady j: “ya me parecías conocida reina del cambur, yo quiero hacer esto de una, me gusta que están sedientos de sexo, tienen la cara y la temperatura perfecta, te explico el concepto de mis fotos se denomina sexo urbano”
Lucia: “¿de que hablas? Ya el muchacho te acaba de decir que no somos nada, eso quiere decir que no queremos tener sexo, pero como soy una profesional puedo fingir eso en las fotos”
Reymond: “Bueno yo me anoto, siempre he querido ser modelo y ando pelando, y también puedo fingir que quiero tener sexo con ella ¿Qué tan difícil podría ser?”

Lucía se hacía la dura y Reymond se veía a futuro en la portada de una revista. Entre conversaciones y a la espera que el tren se dignara a seguir el viaje; se logra concretar un acuerdo, una cita al llegar a plaza Venezuela en un café para ir directo a la toma de las fotografías callejeras. Tanto a lucia como a Reymond se les olvidan sus compromisos por un instante desvelados por una propuesta tentadora con olor a Sangre y semen.

Se cierran las puertas del vagón y se vuelven a abrir, se vuelven a cerrar y se vuelven a abrir… Una vez más se vuelven a cerrar y vuelven a abrir y es momento de emprender viaje a la siguiente estación, Sabana Grande. Sólo estamos a una estación de la frontal despedida de este par y aún no concretan sino una sesión de fotos para una alocada diseñadora de modas; esta va hablando durante el viaje y Lucía y Reymond solo se miran a los ojos e introspectivamente cada uno piensa por un instante en como sería si al salir del Metro uno le dijera al otro ¡Quédate! El romance no es común en el caraqueño a pie, y menos durante un día tan alocado, lleno de accidentes, probablemente entre Sabana Grande y Plaza Venezuela pase algo pero realmente no existen las casualidades.

El chavo, cuyo nombre real se desconoce, aparenta unos 50 años pero tiene una voz retraída similar al personaje de “Chespirito”, de conducta infantil, indigente de voz cordial que aclama y resalta siempre un hambre perenne y en su recital de carencias usa mucho el ¡por favor! Es el primero en acceder en uno de los extremos del tren al momento de arribar a la estación Sabana grande. Al otro extremo en una de las 4 puertas que contiene cada vagón, entra Mr. Gruñón, un poco más anciano, delgado y con voz seca, de actitud malhumorada. En esta estación el sistema cierra sus puertas pero no ejerce movimiento, al parecer por una cuestión de retraso, una cosa normal en este sistema operativo. En fin, los indigentes o los trabajadores del metro estudian mucho en casa sus tácticas para sacar lástima de las personas y con ello, dinero y un “Dios te bendiga”- momento de trabajar y empieza el recital de lamentos para pedir dinero, en una esquina el chavo, en la otra Mr. Gruñón y en medio de este acto, más de 120 personas compactadas incluyendo a Reymond y Lucía. Comienza el chavo con su peculiar voz de niño:

“por favor, solo tengo hambre, solo quiero comer, por favor, una ayudita, por favor, solo tengo hambre, solo quiero comer, por favor”… y así repetidas veces como un disco rayado con la convicción de que esta táctica funciona y la gente se conmueve con la voz dulce y de hambre de señor en cuestión. Mientras el “chavo” recita su número Mr. Gruñón le abuchea y se ríe diciendo:

“ay mariquita, con esa voz de putica herida ¿Quién te va a creer? Mentiroso, drogadicto, no le den plata, ese se lo gasta en perico (drogas) y pagan para que se lo cojan (sexo). Señores yo si necesito, tengo a mi hija grave con una inmunodeficiencia cardíaca en el páncreas del tumor interno del fémur, aquí tengo los récipes del doctor, la operación sale en 2.000 BsF. Ayuda no por mi sino por mi pequeña hija sino se me muere y se que muchos de ustedes tienen hijos y saben el dolor de un padre cuando un hijo esta al borde de la muerte…

¿Complicado? Si, carajo, estas son algunas de las cosas que se ven día a día pero este lunes no iba a ser tan sencillo. El hombre apodado el “chavo” se indigna ante el insulto a su trabajo y responde, no con voz de niño sino con una potente voz de un hombre de 50 años:

Cállate la boca mamahuevo y salte de mi vagón, que estoy trabajando, no vengas a quitarme mis clientes, rata maldita, te vas a morir como un vil perro tu y tu maldita hija, aunque eso es mentira miseria humana, tu no tienes ninguna hija enferma porque nunca te has cogido a una mujer

-¿Aún más grotesco? Si y más. De un extremo al otro los insultos van y vienen, se desarrolla un caos que pone nerviosa a las personas. De solo imaginar a 2 indigentes peleándose el sitio de trabajo, ebrios y con mucha energía violenta. De repente el chavo saca un cuchillo y se dirige hasta el otro extremo del vagón y Mr. Gruñón saca un pico de botella y todos los presentes comienzan a gritar. Entre groserías y gritos los indigentes se insultan y se espera que al menos uno de ellos salga herido o hasta muerto. En eso, Elena una joven de 30 años aproximadamente, casada, estilista sale a escena y en calidad de sermón grita: ¡Basta!, basta… Señores no peleen por favor, tranquilos aquí cabemos todos, hemos tenido una mañana muy difícil y queremos llegar con bien a nuestros destinos, todos vamos a colaborar con ustedes, ¿no es así?- si, es la respuesta de todos en el vagón- guarden esas cosas (refiriéndose a las armas) y recojan su dinero y salgan del tren, por favor.

Como en un cuento de amor y paz, los indigentes se calman y guardan sus armas, empiezan las personas a dar dinero, a colaborar con lo que tienen y la voz del chavo vuelve a ser sutil e infantil y agradece por la colaboración, de igual forma Mr. Gruñón. Por accidente las puertas del tren se vuelven a abrir y las personas agradecen este retraso pues eso significaba que los indigentes, ya con los bolsillos llenos de monedas y piedad saldrían del vagón. Al salir los indigentes entran más personas a los vagones, aquellas que se acumularon mientras las puertas estaban cerradas con el tren en el andén, y seguido a esto se cierran las puertas y el tren ejerce movimiento con rumbo a Plaza Venezuela el final del recorrido para esta historia de amor inmersa en los accidentes.

Cuando el tren se va, el chavo, contando las monedas y billetes dice:
este plan nos ha quedado arrechísimo, pero deberías ponerte más colorete (maquillaje) en los ojos para que se vea que te la pasas llorando por tu hija” por otro lado Mr. Gruñón responde: “tienes razón pero el topo (el que usa la pierna de goma espuma) me quito prestado todo eso y aún no me lo regresa, igual todo salio bien, vete a tu puesto pues que ya debe venir el próximo tren”

Todo un teatro organizado, solemos sentirnos estúpidos cuando caemos en trucos tan absurdos y baratos, pero así somos, humanos que sentimos lástima, caridad o solidaridad ante la desgracia ajena. Mientras el tren esta en movimiento, Reymond y lucia perciben el adiós, saben que no hay segundas oportunidades y que fue poco y mucho lo que paso este lunes caraqueño. Pese a que se van a bajar en plaza Venezuela a tomarse un café con Lady J, saben que ya no será lo mismo, que al salir a la luz de sol la vida vuelve a ser lo que venía siendo; quizás- ella y él hagan unas fotos sexuales para una diseñadora un tanto compleja, quizás- eso solo sea una utopía, probablemente luego de eso, ella se irá a la universidad y él tendrá que bajar nuevamente al subterráneo a continuar las estaciones que le faltan para llegar a los ministerios, en fin, el tren sigue en movimiento y nadie habla, todos están preparados para llegar a Plaza Venezuela porque saben que deben proteger sus pertenencias y caminar rápido sino quieren ser atropellados por la multitud. 

Siendo tan tarde, luego de horas y horas de drama urbano al fin el Metro llega a la estación Plaza Venezuela y segundos se convierten en minutos- minutos que dan cabida a una última mirada de adiós y despedida, de si te vi no me acuerdo y de ahora solo somos 2 desconocidos que quizás vayan a hacer unas fotos.

Hay accidentes no casualidades…

Se abren las puertas del metro y en ese instante Lady J dice: “bueno mis niños aquí nos bajamos” y eso fue lo último que se escuchó de la diseñadora de modas de olor a sangre y semen mientras la multitud se la llevaba como en manada de antílopes. El tiempo se congela para este par que no habla, que sólo se mira y que dejan que todos se bajen del tren, total ya habían perdido una oferta de trabajo, algo así como lo que la gente se llevó; tal vez con la esperanza de ser los últimos en salir y que eso fuese hincapié a una nueva oportunidad, una última mirada o un último beso pero lamentablemente vivimos en una ciudad donde la fantasía es consumida por un reloj. Ella tiene que llegar a la universidad a dar una excusa por no haber llegado a tiempo a su examen y el debe ir a su destino también. No hubo despedida real, no hubo beso final, sólo un “Adiós, fue un placer” de ambas partes, lleno de un recuerdo, de una posibilidad rota y de unas ganas inmensas de irse a un hotel a consumar un deseo animal que cada uno se llevaba consigo. Pues bien, Reymond se queda dentro del vagón y descarta la cita para las fotos, se despista y se queda. Lucía sale del tren y al no ver a la diseñadora loca, descarta también la idea y se dirige a la transferencia que la llevaría a la estación donde está la universidad. Reymond la mira desde la ventana del tren y ella nunca volteó la mirada, dentro de si misma sabía que si lo hacía quedaría en evidencia.

Pasan unos minutos desde que el tren arranca, el Metro los ha separado… y no hay Reymond ni Lucia. ¿Acto cotidiano? Si, era de esperarse, son 2 desconocidos que no tiene nada en común.  Sólo a 6 segundos de haber arrancado el tren suena una alarma potente y hay una movilización en todo el andén; Lucía voltea a ver que pasa y justo ocurre una de las cosas más extrañas que pueden pasar en el subterráneo.

Carmen Valbuena, 68 años, viuda, secretaria, trabajó hasta el viernes pasado en una importante cadena de laboratorios farmaceutas, quizás por su edad avanzada y un recorte de personal prescinden de sus servicios de más de 40 años de antigüedad con una dudosa liquidación. Dicho personaje estuvo toda la mañana dentro del tren, específicamente en le vagón de al lado. Ese alocado lunes ella fue desde muy temprano al laboratorio de donde la despidieron ubicado en los Ruices (estación los Cortijos) a recoger sus pertenencias y a “quitar prestado” un potente ácido flamable capaz de fundir un cuerpo humano en cuestiones de segundos- su visión de las cosas: hacer lo que todo Venezolano hace cuando esta “picado y desempleado” amenazar y hacer huelga. La cosa consistía en ir hasta la estación los cortijos a las 6:30 am, cuando todo el mundo va a su trabajo y crear caos amenazando con suicidarse con ácido y quemar un vagón del metro en defensa de los derechos de las personas de la tercera edad y las mujeres sin marido. Lamentablemente ese lunes se le adelantó un joven fan de Lady gaga quién se suicidó antes de que ésta pudiera manifestar su padecer ¿lo recuerdan?

La Señora Carmen presenció en todo pero no se iba a quedar con esa y dijo: “Maricón de mierda me arruinó la vaina, pero esto no se quedar así, ahora se van a joder todos, me voy a matar en Plaza Venezuela y voy a quemar toda esa porquería con este ácido, yo soy la voz del pueblo, yo voy a hacer que se respeten mis derechos, tengo que salir en televisión para que me den una pensión arrechísima y con eso me voy a Panamá, compro mercancía y vivo de eso hasta que me consiga un marido” Todo un plan que sino fuera por todo lo que paso ese día habría sido uno de los acontecimientos más relatados en esta historia, pero paso de todo, el apagón, el parto, el vallenato, la pelea…

Cuando la normalidad “relativa” reinaba en la estación Plaza Venezuela, doña carmen no quiso esperar y se lanzó a la famosa lista de locos que hacen cosas divertidas en el inframundo. Mientras el tren se disponía a salir a la siguiente estación colegio de ingenieros, la mujer se desnudó completamente y solo tenía un morral, un encendedor y un parlante (el aparato que usan los policías) las herramientas suficientes para generar atención, todo esto ocurre en medio del andén. El tren tuvo que detenerse porque se pensaba que era amenaza de bomba, otro de los shows más notables en el metro, Carmen genera tensión y cuando todos quedan congelados al ver un cuerpo desgastado por los años desnudo y con una aparente bomba y justo en ese momento grita: “me voy a matar y todos ustedes, malditos, se van a morir conmigo, me botaron del trabajo por vieja, me cambiaron por una puta igual a ti (refiriéndose directamente a la hermosa Lucía quien no pudo evitar quedarse congelada como el resto de la gente presente) si, como tu, perra, es más se parece a ti, tetona, culona y con cara de sucia angelical. Estoy harta, no tengo marido, estoy pelando, me viven robando, mi nieto me roba para drogarse, mi hija se fugo con un macho y me dejó a ese delincuente, yo soy sola, enviudé hace años, trabajé como una negra para que me botaran por ser vieja…¡Exijo mis derechos! Que venga el presidente o un canal de televisión, quiero una pensión y que me traten como me lo merezco sino todos se van a morir y a ti (refiriéndose a Lucía) te voy a desfigurar la cara bonitica con este ácido, todos nos vamos a quemar

¿Locura? No lo se, nadie lo sabe. Lucía impresionada por lo que estaba escuchando dice: “¿Esto es un programa de cámara escondida? De verdad que no entiendo que le pasa señora, Osea, yo no le he hecho nada, yo voy a la universidad, seguramente me está echando broma verdad… plis plis plis (por favor) en serio, tengo que irme, ya tuve un día bastante movido y ese liquido que me quiere echar me va a arruinar el maquillaje, cálmese ¿si?”

La señora le dice: “que cámara escondida ni que nada muchacha gafa, ves, hasta tu me ves con burla por eso los voy a matar a todos, llamen a un ministro o exploto esta miérda ya mismo (cuando dice mierda se refiera a la estación del metro). Hay accidentes no casualidades y justo cuando una mujer inocente esta en peligro llega un sudoroso galán a cuidar de ella. Reymond logra ver desde el tren lo que pasaba y sale del vagón; lo bueno de los vendedores como Reymond es que conocen mucha gente y saben lidiar hasta con las personas más difíciles.

Reymond: “mami carmen ¿Qué estás haciendo chica?”
Carmen: “nené muchacho, que pena contigo pero sino hago esto no te puedo pagar las pantaletas que te compré, no te metas en esto y sal de aquí, yo luego te llamo y cuadro contigo”.

Reymond: “No vale deja eso que estas haciendo, yo conozco al ministro, tu sabes que yo le vendo a todos los ministerios, yo te puedo conseguir una entrada para que le armes un peo directamente en su despacho, deja a esta gente en paz, ponte tu ropa que te pueden meter presa, y deja a esa muchacha quieta que ella no se esta metiendo contigo

Accidentes, Reymond conoce a doña Carmen, ¡que locura! A ella también le vende sus productos pues doña Carmen es la dueña del apto en la California donde vive Javier el amigo de Reymond alquilado. Accidentes, Cuando una persona esta alterada es difícil que se calme por las palabras alentadoras de alguien. 11 minutos de negociación entre la suicida y el Vendedor de ropa terminan con una molesta respuesta de Carmen: “Coño Reymond, ya me deprimí nojoda, yo me voy a matar, ya todo el mundo me vio la cuca (Vagina) arrugada y no logré nada, pero le voy a echar el ácido a esta perra (refiriéndose a la pobre Lucía) porque me cae mal”… Reymond no piensa en las consecuencias y se lanza sobre Carmen justo cuando esta se disponía a echar el ácido sobre Lucia. La agarra y la forcejea y extrañamente la señora se desmaya y queda inconciente, gracias a el olor de Reymond se salva el terso cutis de Lucia, gracias a que no se puso desodorante esta mañana la intensidad del olor logra paralizar la energía suicida de una pobre señora víctima de la desesperación.

Policías, canales de televisión y un aparataje técnico llegan a la escena y cuando todo se calma Reymond solo puede ver a los ojos a la Ex miss que lo trae loquito y ella solo ve a su salvador. Ella se le va encima y solo dice: “sin tu presencia parece que estoy en peligro constante” Él solo dice: “si, y voy a tener que cobrarte por eso

Amor en medio de la tragedia hasta que el Metro los separe. Lucia: “¿ya te vas no? “
Reymond: “¿estando en Venezuela crees que a esta hora encuentre alguien en algún ministerio?
Lucia: “supongo que no, como tampoco creo que consiga una excusa poderosa para que me repitan un examen en la universidad… nadie me creería ni una sola de las cosas que me han pasado hoy
Reymond: “Bueno, a mi si me creerían… lo único que nadie me creería es que soy un superhéroe y de paso que una reina de belleza me va a invitar a comer
Lucía: “Comer, si si claro que te voy a invitar a comer, pero primero debes acompañarme a un lugar
Reymond: “¿A dónde?
Lucía: “A un cajero automático, no tengo efectivo
Reymond: “¡ah, claro! Aquí afuera hay muchos, vamos…”
Lucía: “si, y también hay muchos hoteles que tienen restaurantes

¿Propuesta? Si, Reymond y Lucía salen del caos reinante en la estación. Lo que pasa en el Metro es harina de otro costal, dejemos que la policía se encargue de eso. Cuando salen a la luz todo parece un cuento de hadas, ellos solo caminan rápido queriendo llegar a un hotel a matar las ganas y justo en el Boulevard a las afueras de la estación del Metro se vuelven a encontrar a Lady J quién les dice: “¿no que no eran pareja? Pensaba que venían detrás de mi, ¿le damos a las fotos?”
Lucía: “Eh, no somos pareja… pero íbamos precisamente en este instante a resolver ese problema, así que lo de las fotos va a tener que ser después
Lady J: “Ah ok ok ok…Adelante

No más diálogos, el metro si los separó, pero de una vida aburrida y triste… de un día común y corriente, de la soledad, de la amargura. Sexo, sexo y más sexo que se transformó en amor. No sabremos si será duradero, si las diferencias sociales acaban con la pasión, si una u otra cosa los separa, lo que sí es importante acotar es que Lucia y Reymond tuvieron su historia de amor y un final olorosamente feliz.


Caracas OH caracas, cada día historias que se entrelazan. El Metro sigue igual que todos los días, recibiendo gente del este y del oeste, gente buena y gente no tan divertida, cada día una nueva locura reina en esta jungla… Pero es bueno decir que al menos una de esas historias salió a la luz de entre las profundidades de lo desconocido.

FIN.


Capitulo SEIS AMOR de Fresas con Crema



Erase una vez en una tierra muy lejana, en las profundidades de “CAFETAL”,  una  hermosa princesa, la hija del poderoso rey  “OSMEL”. Ella se enamoró perdidamente de un plebeyo proveniente de los suburbios de la corte, en las barriadas de “CATIA”. Los jóvenes se enamoraron perdidamente en medio de una batalla entre las fuerzas del bien y del mal. METRO un poderoso hechicero, celoso ante el amor verdadero, hace mil hechizos para impedir que este par se junte; los encierra en una fosa putrefacta, a oscuras y repleta de monstruos y villanos. Pero lo que METRO ignoraba era que la fuerza del amor eran tan grande que llamaban la atención de hadas y duendes quienes estaban a la defensa del poder supremo del amor y la fantasía que reina en los corazones de estos amantes llenos de esperanza.


            Cuando nace el amor se refuerzan las almas perdidas. Cuando el niño de 2 hippies arde en fiebre se detona la solidaridad y el reconocimiento a la irresponsabilidad. Papá y mamá viven una vida programada por Bob Marley y John Lenon, de vicios,  de dejadez, de libertad sin reglas- pero tienen un bebé que merece cultivar una vida mejor. Papá y mamá salen de casa sin un tetero, sin un pañal para cambiar y sin medicinas en caso de fiebres o diarreas. No tienen auto (son hippies) y usan el Metro para cantar una que otra canción, recoger monedas y seguir la faena. Este lunes, por accidente comparten escenario con muchas personas que sufren un colapso en el sistema de transporte subterráneo; y producto del stress reinante o quizás, por la aparición de los primero dientes, su hijo presenta un cuadro de fiebre muy alto. Papá y mamá no saben que hacer, sólo piden a las fuerzas del reggae que le de fuerza al niño. A todas esta papá y mamá hippies son buenas personas, ella se ofreció a ayudar a la joven adolescente en la liberación de sus gases y el compartió uno que otro “porro” con algunos de los presentes en esas 5 horas de stress, en la que todos se encontraban atrapados en un vagón, sin luz y sin esperanzas.

         Cuando hay amor hay valores que salen a la luz. ¿Cómo un padre reacciona  y se enfrenta ante la enfermedad de un hijo si su filosofía de vida no contempla un mundo con lineamientos? Gracias a este accidente y a que al Metro entran miles y miles de personas de todo índole; una enfermera, por accidente está presente en el mismo vagón- la misma enfermera que dedujo el cólico de Roberximar, la misma mujer de 40 años que entrega su vida al servicio y asistencia social, la misma mujer que debía estar a las 7:00 am en un quirófano pero a la que un accidente en el Metro podría ocasionarle un despido seguro. En fin, una mujer sabia y solidaria, en ese momento una verdadera santa que no cree en Dios pero si en la ciencia y en la experiencia que le han brindado los años.  Con un termo de agua helada propiedad de una joven que iba al gimnasio, bañan al niño, le cubren con algunas bufandas y accesorios de los presentes y por último el ron de un indigente no mezquino ayuda a bajar el dolor en el infante. Queda esperar a que la fiebre y el dolor bajen. Papá y mamá hippies, agradecidos con la generosidad de los presentes toman sus guitarras y hacen un dueto con el artista vallenatero que amenizaba la velada del caos.


         Cuando hay amor siempre la felicidad es una bomba que detona alrededor. Gracias a la música muchas personas recordaban episodios felices en sus vidas; eso es válido cuando se cree que se va a morir asfixiado en el vagón de un tren. Recuerdos de la primera vez, la boda, el primer hijo, el primer tatuaje, el primer amor, la primera borrachera, las aventuras que no contaste… mil recuerdos sumados al oxigeno denso y una temperatura altísima; son elementos que se convierten en estresores. Algunas personas lloran porque sienten que les falta tiempo y otras sonríen porque lo vivido valió la pena hasta ese lunes por la mañana. En ese vagón todos eran buenos y malos, sin luz eran solo voces sin apariencias, sin voz solo eran energías que se compactaban. Nacen historias y los sentimientos quedan a merced de las circunstancias, por ejemplo, una joven de bachillerato entrega su dudosa virginidad al chamo de 25 años que tiene más de una semana detrás de ella. Gracias a sus amigas, a su solidaridad le solapan el encuentro, le ayudan a escapar del colegio a hacer unas compras para la escuela y crean la oportunidad en la que la niña se ve con su príncipe azul; no obstante se reúnen, se suben todos al metro rumbo a dar un paseo a la plaza Altamira y paradójicamente ocurre un accidente donde se genera la oportunidad perfecta para tener sexo sin necesidad de pagar hotel o ser vistos en público.


         Cuando el amor hace presencia el odio desaparece. Sentada y hablando con su esposo, una mujer hermosa de 34 años comienza a híper ventilar, se siente mal y su presión arterial comienza a subir; su esposo le socorre, le suministra sus medicinas y gracias a la colaboración de 3 jóvenes amantes del celular, quienes le propician un poco de luz desde sus artefactos electrónicos el esposo hace un trabajo eficaz, evitando la complicación de la salud de su mujer. Gracias a los BB, gracias a estos chamos solidarios y gracias a la precaución de este hombre quien le ayuda. Esa luz permite que Ana, 47 años (la gordita “feliz”) observase quien era la mujer que reía y hablaba cosas bonitas con su esposo. Se trataba de Isabel, quien padece de diabetes; es una mujer con un poco de sobrepeso, extremadamente hermosa, radiante y con una energía muy positiva. Ella contaba luego del incidente cardiovascular, que siempre fue muy inconciente con su alimentación, pero que el matrimonio y la ayuda de su esposo le incentivaron a poner de su parte y comenzó a ejercitarse y a comer más sano. También contaba que salió embarazada y fue allí donde le diagnosticaron diabetes y eso cambio su vida radicalmente. Isabel hablaba también de cómo pudo evitarse la enfermedad pero que no se arrepiente y que el tiempo que tenga de vida quiere dedicarlo a su familia, a cultivar su salud y a agradecer todo el amor que da y recibe. Su esposo la abraza para darle consuelo luego del ataque.- Ese gesto de amor hace que Ana reflexione un poco sobre su postura en la vida; de no cubrirse con mascaras de dureza, de valorar la vida, de no buscar el cuerpo perfecto pero si la salud más optima… En fin, Ana por un minuto ve desde su ventana que el problema no es el resto del mundo sino ella misma.


         El amor es más fuerte siempre. Al Metro ese lunes asistieron todos y sin invitación; ese día muchos trabajadores no llegarán a tiempo a sus destinos, otros agradecen esa dosis de adrenalina en sus vidas. Una mujer egoísta y religiosa logra ver que la gente a pesar de ser “pecador” o vestirse de manera vulgar es capaz de socorrer al prójimo y ser responsable ante las adversidades. Una prostituta cobra por sexo pero escucha los problemas domésticos de un hombre que esta desesperado y le da consejos de cómo satisfacer a su mujer en la cama y le explica cómo debe hablarle de sus problemas para alcanzar una mejor relación de pareja. Un hombre que tiene 3 familias comienza a valorar cuan importante es reconocer los errores solo con ver el pasaje de la muerte frente a sus ojos. Gente que logra ver por medio de otros, gente que reflexiona y va por más en la vida si llegasen a sobrevivir, gente que aplicará esta enseñanza y otros que no, así es la vida.


         Cuando el amor hace presencia no hay diferencias. En el metro un ejecutivo comparte el mismo aire que un mendigo, una prostituta con una monja, un gay con un homofóbico, un pobre con un rico, el policía con el malandro, el trabajador con el vago, la realidad con el paralelismo, El cafetal con Catia. Lucia y Reymond dibujan un episodio de amor alterado por la lujuria. Ella no es una ramera y el no es un promiscuo, tampoco son unos santos célibes, son seres humanos puestos a prueba, son personas suplicando amor, un hombre y una mujer cuyos cuerpos desean permanecer juntos al menos hasta que el metro los separe. ¿Qué pasa? Se vale todo, un beso marca la diferencia, borra un atraco, un suicidio, una falla eléctrica y una vida que no satisface del todo. Ambos se gustan, eso es humano, aunque ella sea elegante y el no sepa de colores, aunque el sepa de calle y de cómo se vende y ella aún no; aunque ella sea del Este y él del Oeste.


         Bajo tanto caos, Lucia y Reymond se dejan llevar por un deseo sexual como el bien hacia el mal, como una simbiosis- y justo cuando el amor hace de las suyas, el diablo mete las manos, se reestablece el sistema y al encenderse las luces las personas vuelven a ser zombies nuevamente. Algunos agradecen, se miran las caras y se saludan, otros se ignoran y entran en sus personajes frívolos e inertes. Pero de todas maneras en cada corazón va presente una mañana de película y en el fondo todos y cada uno de los presentes se lleva una lección de vida a casa, trabajo o escuela.

         El tren echa a andar y nuestra siguiente parada es la estación CHACAO, donde está el Sambil. Es la parada más esperada, probablemente muchas personas se bajarán en esta estación a respirar aire fresco y a llorar, pero ¿saben algo? No es así del todo; en el metro de Caracas eso no es tan romántico y melodramático, ya paso el susto y ¡listo!- sigue la faena y el día debe continuar. Es tanto así que una marea de gente espera el tren para abordar y dirigirse a sus estaciones respectivas. Llegamos a la estación, se abren las puertas y todo es como si nada paso, 5 horas de retraso, 5 horas de caos en Caracas, minutos de locura y stress resumidos en ¡La vida sigue!.


         Se bajan los estudiantes con el chamo de 25 años, este último va más contento que muchacho en piñata, y una adolescente de ese grupo lleva más que un uniforme sudado encima. Se bajan algunas personas; pero Lucia y Reymond, quienes son las estrellas de este show siguen a bordo, viéndose como doña Florinda y el profesor Jirafales, así es el amor; abrupto e inexplicable…


         Amor, simplemente amor- aborda el tren una señora muy simpática, de la tercera edad con un cesta llena de envases de fresas con crema ¿Quién se resiste a este delicioso postre? Ideal para más de 80 personas que no han probado bocado en más de 5 horas. Lucia y Reymond en medio de su frenesí no sentían hambre pero el resto de los presentes si y mucha, empezaron a hacer pedidos del delicioso manjar enloquecidos por los envases. En el Metro esta prohibido ingerir alimentos, pero ¿a quien coño le importa una restricción en un momento como este? Esta anciana resolvió su día en menos de 2 minutos, todos le compraban- en ese momento Reymond pide una porción de fresas para su amada y empiezan a comer, viéndose fijamente a los ojos, como si se conocieran de toda la vida. La señora sonríe mientras los ve degustar el postre y luego de que se lo acaban, la amable señora les dice: son 25,00 BsF.  Reymond olvidaba que no traía efectivo y ni hablar de Lucia… se congela el momento y llegamos a CHACAITO…



…CONTINÚA…

Capitulo CINCO Terapia de Zombies.




“Déjame lastimarte para pedirte perdón”


Roberximar 16 Años:

Mi papá se fue de la casa, se enamoró de otra tipa; mi mamá y yo vivimos solas, ella se la pasa trabajando, es maestra de inglés y yo de vaina y se castellano (risas).  Tengo sexo desde los 11 años, desde allí no he parado, siempre tengo novio, soy muy enamorada, siempre tenía un noviecito (risas). Todo cambio cuando me di cuenta que me gustaban los hombre mayores, así conocí al padre de mi hija “Humberto” 33. El me buscaba al salir del liceo y me llevaba a moteles súper bonitos, me hacía sentir especial. A veces no entraba a clases solo para estar con el; él es casado pero no esta enamorado de su esposa, me lo decía a cada rato, sobretodo cuando me hacía el amor con locura. Cuando se enteró que yo estaba preñada se desapareció, cambio el teléfono y yo nunca supe donde vivía. Actualmente vivo en casa de una amiga, mi mamá me botó de la casa cuado se enteró que me fajaba la barriga; y mi papá- ese solo me dijo que eso me pasaba por puta. Trabajo en una zapatería, no alcanza para mucho pero mi amiga me ayuda bastante y el hermano de mi amiga esta enamorado de mi y me da dinero de vez en cuando, me regala cosas y esta muy al pendiente de mi hija. Anoche me brindó una hamburguesa, no tenía que comer porque no me han pagado la quincena. Hoy voy al trabajo como todos los días, con malestar, con dolor de panza, con miedo de que me den ganas de parir y no tenga donde hacerlo, no tengo seguro y no cuento con la ayuda de nadie. El hermano de mi amiga dice que el me resuelve eso pero yo preferiría que el papá de mi hija apareciera y cumpliera con su responsabilidad. 


Ana 47:

No me molesta para nada ser “gordita”, de hecho me encanta, soy feliz comiendo, no sufro de complejos, para nada, yo no estoy gorda solo tengo exceso de belleza (risa nerviosa). No me case nunca porque a mi ningún hombre me iba a amargar la vida, siempre tuve la oportunidad con el que yo quisiera pero no, ¡que va! Prefería estar sola, disfrutar para mí, viajar, comprar mis cosas y dedicarme solo a mí. Odio las dietas, al cuerpo lo que pida- no como esas flaquitas anoréxicas que no son felices y se tienen que conformar con una mandarina. Vivo sola, me harté de mis papas, ellos con ese afán de que me casara e hiciera una vida… Yo hice mi vida y no le debo nada a nadie; soy Farmaceuta, con maestría, posgrado y doctorado. Me hubiese gustado tener hijos pero no sería quien soy hoy en día. Detesto ir de compras, las tiendas no contemplan que los rellenitos somos mayoría. Dicen que soy amargada, y si, tengo mi carácter, debo estar a la defensiva para que me respeten; que nadie se me acerque, que nadie se meta conmigo, que nadie me lastime, que nadie me diga nada, no acepto que me digan nada, no voy a ir a un médico a que me traten como un pedazo de carne, además ¿Quién me va a cuidar si me operan?... yo no le importo a nadie.


Alan 24:

Tengo sexo todos los días, yo no tengo la culpa; es que las mujeres son muy fáciles y me buscan- todas quieren conmigo y hombre que se respete no se puede negar a un culito fácil. Si, si tengo una novia “oficial”, es una hijita de papi y mami así que me da libertad para divertirme con mis panas y con mis amiguitas. Mi mamá me enseño que no podía enamorarme de ninguna mujer, que debía tener muchas novias y disfrutar la vida; total, yo soy un hombre. Mi papá va y viene, siempre esta de viaje, él y mamá se la pasan peleando. Siempre le digo a mis panas que perdí la virginidad a los 13 (risas) pero eso es mentira, en realidad fue a los 21, pero me da vergüenza confesar algo así, se burlarían de mí. Me la paso en la universidad y luego voy al gimnasio, salgo con mis panas y siempre cuadro algo, soy la envidia de todos…


Carlos 19:

El esposo de mi mamá me obligaba a hacerle sexo oral y eso despertó en mi odio y repudio hacia los malditos hombres. Siempre he buscado problemas, en la escuela me peleaba con todos mis compañeros; no quería que nadie se enterara de absolutamente nada. Empecé a consumir a los 12, me gustaba la sensación, solo así podía olvidar tanto abuso. Tuve sexo con una mujer a los 15, estábamos tan drogados que no recuerdo esa sensación. Nada me llena, me refugio en el rock y en este delineador negro en mis ojos que oculta mi rabia hacia el mundo. Mi novia insiste en que dejemos la heroína, dice que algún día le gustaría ser madre. Yo estoy claro, yo solo quiero graduarme rápido para irme lejos donde nadie tenga la fuerza para alcanzarme.


Marlene 20:

En realidad me contagié el VPH gracias a usar la ropa interior de una amiga, eso me pasa por bruta e ignorante… Ella dice que seguro fue en un baño público o que me lo pego algún tipo pero no. Yo se con quien me acuesto, además no es con muchos, los puedo contar con una sola mano, bueno un poco más pero ese no es el caso; la cuestión es que ¿ahora como me curo esto? Estoy amargada, hoy tengo que ir a la peluquería a secarme el cabello, me lo lave en la casa para que no me salga tan caro y se me esta sudando montada aquí. Mi amiga es la peor, no se como pude usar su bikini, yo orino parada, así que no pudo ser en un baño público. Debo confesar que yo misma les digo a los hombres con los que me acuesto que no usen condón, esa vaina me irrita, y hace que ellos acaben muy rápido. ¿Qué hago? No puedo decir que tengo eso porque me rayo… Bueno igual a los hombres no se les pega eso del VPH ¿o si?



Víctor 30:

Anoche me di cuenta que ya el sexo con mi mujer no es igual. Quiero estar con otra mujer, sentirme vivo, como cuando era adolescente. La última vez que me sentí pleno con Elena (la esposa) fue antes de esa lipo, desde entonces ella anda muy sensible… Aparte no es muy buena en la cama, no se que hacer. Y ahora esta mujer me insinúa sexo y yo con estas ganas, con esta rabia. ¡Maldición! yo le voy a echar bolas- Nunca había tenido la oportunidad de estar con una prostituta, estas tipas deben ser unas expertas, además como estoy pagando me pueden hacer todo lo que Elena no hace.


Bárbara 38:

Mi hijo mayor no es de mi marido, es producto de una noche de locura con su hermano ¡DIOS!, por eso se parece tanto a su papá. Mi marido es un desastre en la cama, es un gordo peludo y ordinario que no sabe mucho de sexo. Tiene el pene pequeño y entre tanto pelo es difícil ubicarlo. He tenido amantes, una mujer necesita sentirse mujer de vez en cuando. Ya Joel (el marido) no es tan fuerte como antes pero debo admitir que es un buen padre, es un buen esposo, mantiene la casa, hace el mercado, ama a sus hijos y les paga la universidad; me complace con mis caprichos y viajes. Somos una familia consagrada al señor, el dejó el licor, mis hijos son un modelo a seguir, y todo gracias a Jehová… y para ser agradecida con la vida que tengo ayudo a las familias a buscar el sendero del bien con mis atalayas y predicando la palabra de Dios.


Guillermo 50:

Pasando hambre, por eso no me amargo, Dios y Maelo Ruiz son mi fortaleza. Me dejó la mujer, mis hijos son unos malagradecidos, la otra mujer anda enrollada porque esta embarazada y yo con esta pata hinchada. Hace una semana me robaron la moto y ahora tengo que andar en esta vaina, oliendo a mono en medio de tanta verga, tanto marico, tanta puta, tanto drogadicto y gente amotinada.  Nojoda, me provoca es una catira (cerveza) bien fría y una buena salsa cabilla.


Flora 50:

Vivo metida en un gimnasio, troto todas las mañanas, hago cuanta maroma del Kamasutra sale, me he operado y el muy cabeza dura se aparece regalándome una bata de vieja. Seguro me ve fea y gastada, ya no me veo como esas pavitas de 20 que son las que a el le gustan. ¡Claro! El tiene 53, a esa edad le gustan las niñas, no una vieja full de Botox, seguro se esta tirando una chamita. Pero yo me siento mujer, yo no estoy nada fea, ¿Cómo se le ocurre ofenderme con ese regalo? Bruto, cavernícola, seguro esa barriga cervecera no lo deja pensar que eso me lastimó. Pero déjamelo quieto, me voy a quitar 2 costillas para verme como Kiara a ver si se le vuelve a ocurrir regalarme una ropa de vieja. ¡Vieja su madre!


Luis (Sadomasoquista) 33:

De niño me golpeaban en la escuela, mi papá me pegaba, mi mamá también, todo el mundo- así me di cuenta que me gustaba la violencia doméstica, me sentía útil, veía que cuando me pegaban la gente estaba más feliz. Amo a Madonna, ella es mi Dios, de ella aprendí que con el sexo se llega lejos. Soy una puta hombre, bailo en bares, soy actor de teatro, instructor de gimnasio y me acuesto con todo el que le gusta el sexo duro. Anoche estuvo movida, participé en una orgía con políticos y banqueros, esos son terribles… Alquilaron la suite presidencial de un hotel 5 estrellas; hombres, mujeres, travestis y enanos, todos en una fiesta de sexo. La fiesta estuvo tan buena que terminó a las 6:00 am y a esta hora es que me regreso a mi casa. Debo apurarme en llegar porque tengo que dictar clases de filosofía en la Universidad esta tarde y apenas me da chance de preparar almuerzo y cambiarme de ropa.


Lucía 24:

Soy una ex reina fracasada, gané un concurso y hasta allí llegaron mis 5 minutos de fama. Quedé bien operada y eso lo agradezco pero renuncié a 2 cosas que eran mi mundo antes de tener una corona; primero a mi novio Alfonso con quién iba a casarme, él era el mejor hombre del mundo pero no pudo con mi estrellato; se cansó del maquillaje, de los tacones, de las cirugías y de que me inventaran amantes en todo el mundo para hacerme publicidad; así pues se largo del país con mi mejor amiga, están casados y tendrán un hijo pronto … Esa perra con su nariz chueca y con celulitis me robó un sueño. Y lo segundo, mi carrera, el plástico se va pero el conocimiento no. Muchos piensan que por ser bonita no se tiene nada en la cabeza y  eso es algo con lo que debo vivir, pero soy una mujer inteligente y quiero demostrarlo yendo bien montada a mis clases y ser la número 1 en todo lo que haga. Solo así las feas dejaran de apuntarme con el dedo y empezaran a usar el espejo más a menudo. No quiero tener novio, quiero aprender a ser yo misma y valerme por mis propios medios. Tengo una tienda y seré una mujer modelo a seguir… Debo confesar que me quiero tirar a este tipo (Reymond), no se, me atrae, tal vez sea el calor y el estar aquí en el inframundo en medio de la tragedia, pero un rato de diversión no hace daño… Además el muchacho se ve buena persona. No me voy a casar con el pero sería un buen recuerdo de una experiencia extrema de un lunes por la mañana en el que decidí meterme al metro a sufrir como una condenada.


Reymond 23:

Trabajo como loco y doy la vida por mi mamá, mi hermana y mi sobrino. No tengo padre, ni una figura paterna. El ejercicio es mi vida, cuido de mi cara, se que un día seré un actor o modelo, de repente me inscriba en el mister Venezuela, pero no quiero que piensen que soy gay. Las pocas novias que he tenido me dejan por superficial, por pobre, por gallo… en fin, Quiero una novia, quiero salir al cine agarrado de la mano con alguien, quiero tener bíceps más grandes, graduarme y montar una tienda para no tener que andar de ministerio en ministerio. Quiero conocer París, no se en que país es pero se ve arrechisimo en las fotos. Olvidé echarme desodorante, estoy muy distraído por tantos problemas en mi casa, los malandros me tienen en salsa para robarme, las cuentas en la casa cada vez son más grandes… huelo mal, estoy en medio de un desastre, este Metro siempre es lo mismo, cuando no se lanza alguien a los rieles se va la luz o atracan o hay retrasos o hay peleas y para colmo me encuentro abrazado a esta mujer. Debo confesar que me gusta, es lo más bello que he visto antes, parece miss Venezuela, y de paso me da un beso y se me para el elemento y me deja en ridículo, seguro me va a dar una cachetada… Seguro me va a arruinar el físico.



¡BASTA!


Hay accidentes no casualidades. Nadie habla, nadie hace terapia de grupo, nadie se expresa con verdades, nadie se conecta con el halo del otro. Los accidentes que se han relatado son tan cotidianos que a nadie le importa; afecta a unos pero inmuta a otros. Sería más fácil si la gente hablara de sí mismos pero eso es imposible. Zombies, Caracas es una fabrica de zombies, y cada persona tiene un mundo dentro de sí mismo que no desea compartir con palabras pero si con acciones. Así pues vemos al sujeto retraído que no habla con nadie, al que anda amargado, al que quiere pelear con todo el mundo, al egoísta que solo piensa en su satisfacción personal, al inconforme que ve defectos en los demás y no en si mismo, al que va feliz y al que no. La ficción no es el fuerte de esta historia; zombies diariamente se pasean por las instalaciones del Metro y en un vagón donde se compactan más de 200 personas como sardinas en lata pueden nacer miles de nuevas historias pero nadie las cuenta, a nadie le importa.  Caminar sin ver más allá que el afán de llegar a tu destino, opinar del otro para compensar tus males. En fin, Este accidente desata historias que cada quien se lleva a su casa pero no pasa de ser una anécdota más, de un lunes cualquiera en el inframundo del Metro.


Se va la luz, hubo besos, insultos, sexo, llanto, miedo, olores y mucho sudor pero todo pasa y luego de 5 horas el sistema vuelve a ser “eficiente”. En esas 5 horas nacieron nuevas historias, nuevos olores corporales, el Chanel se mezcló con mal sudor. Una nueva adolescente Salió embarazada posiblemente sin un padre para su criatura, un ejecutivo tuvo sexo con una prostituta y olvido por un instante su aburrida vida y la faja postoperatoria de su esposa, una joven experimenta una acción lesbica al respirar por mas de 2 horas boca a boca con una similar, muchos quemaron calorías en este sauna, muchos tuvieron minutos de sobra para pensar en ¿Cómo? Seguir o no seguir adelante. Pasan muchísimas cosas que tal vez no serán trascendentales pero si marcan un momento en la vida. Lucía y Reymond no tuvieron sexo, se besaron, hablaron un poco de cada quién y hacían terapia de silencio como muchos de los presentes. Lucía sentía ganas de echarse a la locura y tener sexo con un desconocido para que este accidente valiese la pena y Reymond soñaba con que el momento más soñado en su vida se le diera a pesar de que no sería en los Roques sino en un vagón del Metro de Caracas, con fallas eléctricas y con más de 80 personas espectando.


La respiración se hace densa, los cuerpos están uno cerca del otro, sudados, sin temor alguno, tocándose como si fuese la ultima vez, no hablan, solo y en medio de la oscuridad escuchan su respiración. ¿Cómo 2 desconocidos llegan a este punto?- ¡Que importa! Allí están, a punto de tener sexo en un vagón de un tren, en medio de zombies que no verán nada porque no hay luz eléctrica, no escucharán nada porque un músico ameniza la velada con su repertorio de canciones y no sentirán nada porque todos están compactados inmersos en el caos reinante.


Entregados al deseo Lucia y Reymond no se resisten más pero una voz potente como la de Dios o el Diablo acompañada del sonido de un motor y una luz fluorescente que ilumina rápidamente todo el lugar dice: Atención el Metro de Caracas pide disculpas por el retraso, hemos reestablecido el sistema y en breves momentos iniciaremos movimiento a la siguiente estación, agradecemos toda su colaboración- El Metro de Caracas da la hora 1:14 pm




…CONTINÚA… 

Capitulo CUATRO … Cuando lo demás no importa



 …Me muero por tus ojos, me muero por tu pelo, tú eres mi destino, y es que por ti me muero, me muero, me muero… ¡y dale clavo! ¡Y dale clavo! ¡Y dale clavo hasta abajo dale clavo!- y todo esto por meterlo, ¿necesario? Tal vez; en el mundo urbano y ulbano es válido ser un poco sincero y directo, yendo al grano como gallina al maíz. ¿Qué siente una mujer cuando baila reggaeton y la canción sugiere que le den clavo hasta abajo y que rompa la madera? – El sexo vende, aunque lo neguemos el sexo mueve al mundo, lo maneja sin cordura alguna. Una canción vulgar es capaz de acabar con la carrera musical de “Michelle Bubble”; y para quienes no conozcan a este caballero del blues, You-tube es excelente referencia grafica y musical. Hoy en día la música vulgar, sin lírica y con la incorporación del malandreo se ha vuelto poderosa no solo en el sector pop, también se libera en estratos más altos; las niñas bien (millonarias y casi millonarias) aman a pitbull (H TV- canal musical- el que canta con Belinda). Este fenómeno social por así llamarlo, obedece a muchas variables que si las menciono me salgo del guion de la novela y no queremos eso; sólo hago esta reflexión porque en este capitulo entenderemos de ¿Cómo? La Música mueve el mundo y por otro lado hago una invitación de alerta a  todos los chamos raperos, roqueros, emos, alternativos, ricos, clase media, clase alta a que por favor: ¡APRENDAN A BAILAR CARAJO! Una dama no necesita que la conquistes con vulgaridades, con regalos, con una apariencia de malote- una mujer quiere que sepas bailar, que sepas de música, que sepas de modales, y si no es así ¡DALE CLAVO HASTA ABAJO y rompe la madera!


         Gracias a una bachata una niña de 16 añitos de edad esta en la lista del 36,80% de adolescentes femeninas en embarazo precoz Pro- madre soltera. La música es poderosa, alborota las hormonas y promueve el sexo (datos obtenidos de CNN- embarazo precoz en Latinoamérica). No solo es el reggaeton y la música urbana, también otros géneros se manifiestan pero de una manera diferente. Roberximar, una linda muchacha quien estando en el metro pasa el susto de su vida. Por lo general, en el Metro cuentan con primeros auxilios y asistencia social; en caso de emergencias como un parto por ejemplo (cosa que no sucede muy a menudo) esta dependencia de la empresa socorre cualquier siniestro por muy particular que se presente. Se acaba de ir la energía eléctrica en la ciudad, colapsa el servicio, y un tren a la altura de Altamira se queda en los túneles sin movimiento- esperando ser socorrido.

         Seria mucha casualidad que Roberximar diese a luz en medio de este caos, pero en esta historia las casualidades no existen. Hace poco leía que en Venezuela la mala alimentación cada vez se acrece, sobretodo en los jóvenes; la falta de educación alimentaria ocasiona un desequilibrio social que se propaga y degenera. Esto produce desordenes alimenticios, obesidad, trastornos gástricos, diabetes y mucho más… hagamos un recuento: Esta niña embarazada de un hombre cualquiera, quien le abandona al momento de enterarse de que iba a ser papá, no cuenta con el apoyo de nadie, abandona los estudios porque así es el sistema, trabaja en una zapatería, y se alimenta terriblemente. Esa mañana, Roberximar desayuna el sobrante de una hamburguesa que no se terminó la noche anterior. No la calienta porque la niña es “floja” y estaba apurada; acompaña la hamburguesa con un vaso de Pepsi ¿Qué tal?- Por lo general, las mujeres embarazadas tienen las hormonas trabajando al 111% y una canción que trae recuerdos de sexo-hombre suele ser muy potente, tanto que puede desatar un parto prematuro. ¡Pero no! Hoy no es ese día, hoy es el día en el que una bachata, y una hamburguesa dañada te ocasionan el cólico más fuerte de tu vida, un dolor que sobrepasa al de unas contracciones de parto. Hay accidentes, no casualidades, y sin energía eléctrica, con calor, desesperación y un cólico atroz la cosa se pone color de bachata.


         En el mismo vagón accidentado y a oscuras, Reymond y Lucía se encuentran abrazados producto del susto que propició el apagón reinante. A nene se le olvido su mal olor, de todas maneras todos los presentes a esas alturas olían muy mal; imagínense 80 personas o más atrapadas en un vagón, sin luz, sin aire acondicionado y con un porcentaje de población de 15% que no se asea… Y a Lucía se le olvido el tocado del cabello, su burbuja personal, sus lentes oscuro; en fin, Lucía se entrega a un abrazo, que acompañado de una bachata y en medio de tanta desidia se transforma en una calamidad. Un perfume CH Carolina Herrera, una mujer bella, asustada y vulnerable- más una bachata balurda producen en Reymond una erección, un estado hormonal relativamente normal para un joven, soltero, con un largo verano y amante de la masturbación. 

         En esta historia no hay protagonista inocente, no hay persona irreal, no existen momentos perfectos. Hay cosas que no tienen explicación de ser, pasan y se hacen lugar en nuestro maravilloso universo. Pero dejemos un rato la erección de Reymond y revisemos que pasa en el resto del vagón.

         El músico sigue cantando, continúa amenizando la velada de manera espontánea; pongamos una canción más para relatar lo que se suscita, por ejemplo: “4 rosas” de Jorge Celedón, un clásico en el repertorio de éste pana, amante de la música inmersa en la desgracia. Bien, sudor, lágrimas, desesperación, miedo, maldiciones a Chávez, un te amo para Lina Ron, como siempre oposición y oficialismo debatiendo estúpidamente- En fin, un día común y corriente, perdón, sin corriente- Roberximar cree que va a dar a luz y exalta a la población a que le ayuden. De alguna manera había una enfermera quien la revisa y con su poca fe le invita a pujar a para hacer un leve tacto. En ese momento el tipo con look de Sadomasoquista se ofrece a ayudar, y en medio de la oscuridad reinante todos somos ciervos de dios aunque andes con las nalgas afuera. Muchos se ofrecen a colaborar, por ejemplo: unos jóvenes, las 2 prostitutas, el negro salsero, la esposa del hippie y una voz en el vagón pide espacio para no asfixiar a la pobre embarazada. Esta pedida de espacio produce una compactación humana que une más el abrazo con erección entre Lucia y Reymond, y propicia un beso intenso entre la colegiada y el chamo de 25 que quiere tener sexo con ella. No hay casualidades, los accidentes también les convienen a algunos-.
Pues bien, para una pujada se necesita agarrar algo con mucha fuerza, es un mito que nadie se pierde, es la oportunidad perfecta para lastimar a alguien o para drenar la rabia del momento- por ejemplo mi mamá le mordió el brazo a mi papá al dar a luz y casi le tienen que suturar el mismo producto de la fuerza de esa mordida. En este caso Roberximar se sujeta a los tubos del vagón, esos que se utilizan cuando el tren va en movimiento y vas parado. Muy rígido para una frágil joven que “supuestamente va a dar a luz”… El “Sadomasoquista” le dice: Niña agarra aquí, no te preocupes y presiona lo más fuerte que puedas. Ella responde al sentir un miembro carnoso de 15 cm de largo, unos 4,3 cm de diámetro y un Luis XV (piercing en el glande) horrorizada: ¡que hace señor! ¿Qué es eso?- Haciéndose la loca o no, la niña vuelve a dirigirse al señor y manoseando el objeto en cuestión dice: ¿y si te lo despego? El hombre responde: tranquila, a mí gusta sentir dolor, el dolor me hace más fuerte y me excita. ¿Bizarro? Si y mucho, pero bien, por un lado el dolor en el vientre no dejaba razonar a la joven y en el caso del hombre en cuestión, lamentablemente así es y no hay nada que hacer.


         Con el pene del sadomasoquista en sus manos y lista para pujar, Roberximar hace su tarea impulsada por la enfermera quien introduce los dedos en sus partes intimas para ver como esta el trabajo de parto. Ella, la enfermera dice: Niña tu no estas en trabajo de parto, ¿tu estas segura que el dolor es tan grave?- Roberximar responde llorando y presionando fuerte en el miembro del  sado: ¡Si!, es insoportable, creo que me voy a morir- acto seguido que la enfermera saca los dedos, se produce un estado de relax o placer dilatado momentáneo que libera del cuerpo de la joven un sonido gasífero de por lo menos 13 segundos donde todos los presentes simplemente quedan en shock.


La indigesta de una hamburguesa y una Pepsi quedan expuestas ante los presentes ¿Qué ocurre entonces?- lo que el Venezolano suele hacer en situaciones como estas: REIR- risas largas y cortas, algunos molestos por el desagradable olor, otros impactados por la intensidad, pero a fin de cuentas un momento gracioso era necesario para más de 80 personas atrapadas en un tren, sin luz y sin esperanzas. Lo negativo del asunto es que el oxigeno se hacía más denso. El sadomasoquista dice a la chica: Niña ya puedes soltar la palanca, y demás esta decirte que no tienes suficiente fuerza para llegarme.

         El dolor en Roberximar se calmó, su bebé esta bien y en perfectas condiciones pero dentro de su vientre- aún falta para que nazca. El ambiente esta tenso pero el calor empieza a causar efectos de aceptación. Los que no hablan con nadie preguntan ¿Cuándo nos sacan de aquí? Y los que hablan mucho responden cualquier cosa.

         Volvamos a la música, más música para que los cuerpos y las mentes se relajen. La vida es algo compleja, hay momentos donde nada importa, sobrevivir es una manera de mandar al carajo tabúes, prejuicios, religiones, y cualquier cosa que normalmente nos reservamos o somos incapaces de hacer. Cuando sentimos la avecina de la muerte abandonamos todo lo superficial y nos hacemos humanos, o sencillamente despertamos una parte de nosotros que no conocemos. Un lunes en el metro de Caracas es un momento de stress, de ira, de odio al prójimo. Una serie de accidentes crean tensión pero cuando el problema incluye a todos, por una u otra razón aflora la solidaridad. ¿Es bueno o malo? No lo se- sólo se que en esta, mi novela, simplemente lo humano no es necesariamente lo más digno o lo más llevadero. Un lunes en el Metro es un infierno; literalmente, la temperatura está a más de 35º.


         Los personajes son reales, existen, conviven y se ignoran diariamente pero ¿Qué pasa cando nada importa? Cuando una calamidad se transforma en mal de todos, cuando vemos la muerte cerca, cuando un vagón se queda a mitad del túnel sin electricidad, sin aire acondicionado, cuando a esos rieles del metro están bañados de sangre, es que producto de los suicidas que semanalmente regalan un show deprimente a los que asisten al subterráneo. ¿Qué pasa cuando el indigente esta encerrado en el mismo espacio que la sifrina que apenas toca el suelo?- ¿Dónde queda nuestro YO cuando nada importa?


         Cuando nada importa un gas de una joven embarazada se transforma en una sonrisa colectiva. Un pene de un sádico se transforma en un medio de liberación para drenar dolor, una vendedora de atalayas no juzga al que ofrece su dolor para el bienestar de otro y su satisfacción. Cuando nada importa la axila velluda de una hippie da igual a la depilada de una joven femenina, un padre es capaz de decir te amo a su hijo,  un borracho deja de ser imprudente, un mendigo deja de molestar para socorrer al que esta en desventaja. Cuando nada importa una bachata se transforma en una alternativa para seguir viviendo o para inyectarse cianuro, un apagón deja de ser una calamidad para convertirse en una oportunidad, una orgía se vuelve una opción de unir a la comunidad.


         Cuando nada importa, una joven embarazada es una madre sin importar la edad que tenga, un joven de 25 años puede tener sexo con una colegiada sin ser visto con ojos de desgraciado aunque si lo sea. Cuando nada importa el que va al gimnasio comparte el agua con el que tiene sed, el sudor sirve como lubricante, las plegarias se mezclan con las groserías y los insultos. Cuando nada importa la ropa bien lavada y planchada es proporcional a la putrefacta, el maquillaje clinic es igual al de Avon, el sexo con extraños es terapia de grupo, la moral es un pecado capital y las mentiras son las verdades que más se exponen.


         ¿Cuando nada importa o cuando en Metro nos jode la vida? Da igual, lo importante es que un accidente hace de la vida un nuevo camino. Evidentemente al salir de este apagón que durará 3 horas y media, todos volverán a ser lo que siempre han sido, nadie cambia por estas cosas… Sobretodo cuando te pasan todos los días; y así es el Caraqueño, un sube y baja de emociones, y el metro te hace fuerte pero no mejor persona.

 Bien Reymond y su erección…

         Lucia evidentemente siente un bulto que se interpone entre su cuerpo y el de nene, pero seamos honestos, reina el verano en ambos, y definitivamente ella tiene que admitir que el sudado enano le atrae, por lo menos mientras llega a plaza Venezuela. Por parte de nene, el solo siente vergüenza, es un caballero- producto de vivir con su madre y hermana y vivir junto a ellas el dolor de haber sido utilizados por algún manganzón que les dejo y se fue. Lucia no dice nada y se deja llevar por esa protuberancia que la intriga- ella toma la decisión y besa a Reymond, un beso profundo que desencadena una chispa y no precisamente de las que produce el tren en los rieles cuando esta en movimiento. Sexo, es un aroma que invade todo alrededor, me crean o no, el sexo rápidamente invade este vagón.  Por fin se le da la oportunidad al muchacho de 25 de tener su primera vez en un vagón de metro- la historia ideal para contarle a sus amigos que se “tiró” (relaciones sexuales de rápido efecto) a una colegiada en medio de una accidente en el metro de caracas, ¡Que historia!... próximamente quedara como un héroe ante sus amigotes.


         Sexo, las prostitutas ubican un par de hombres quienes están sentados indignados por el mal servicio que presta el sistema y van directo a ellos, en medio de la oscuridad que prevalece y les ofrecen un paquete especial para ejecutivos ¿aceptan? ¡Que pregunta!- lo bueno hoy en día con las prostitutas es que son más abiertas, es decir, puedes negociar con ellas el precio y la forma de pago; aceptan efectivos, cheques, cesta tickets, relojes, recargas telefónicas, una cena costosa y teléfonos celulares. Sexo cuando lo demás no importa, y cabe acotar que ellas surten los preservativos.


         La respiración se hace lenta, y la energía decae mientras los minutos pasan. El músico esta deshidratado de tanto cantar, pero cuando nada importa una vendedora de “Herbalife” le regala y “en promoción” un té de guaraná al negro para que se refresque y siga deleitando con su talento, aunque muchos prefieran que el pana se calle la boca de una buena vez. Cuando nada importa cualquier bebida por muy desagradable que sea sabe a gloria. El cantante se la toma y continúa cantando, esta vez “que bonita es esta vida” de Celedón. Apropiada para quienes piensan que van a morir.


         La vida es bonita para el que le apretaron el pene, para quien tuvo sexo en el metro con una niña “virgen” y fácil, para quien huele tan mal como todos los demás, para quien consigue el amor en el vagón de un tren. Pero no para quienes odian el vallenato, para quienes tienen diabetes y empiezan a sentirse mal, para los hipertensos que empiezan a enfermar, para el hijo de 2 hippies que tiene fiebre y hambre y sus padres no salen preparados a la calle, para quien tiene un examen y no podrá llegar a tiempo, para quien no podrá llegar a un casting, para la que perdió el secado del cabello, para el que pierde una entrevista de trabajo, para una enfermera que debe estar en quirófano, para el que va a la quimioterapia o diálisis.

         Hay accidentes, no casualidades y los acontecimientos van de la mano con algo más…


Continúa…